Incrédulo de lo sucedido se encuentra Maury Castillo, padre de Naudy Rafael Castillo Gallardo, de 20 años, asesinado al mediodía del domingo, cuando se encontraba en una esquina del sector La Licua del municipio Crespo.
“Los asesinatos son el pan nuestro de cada día. Uno sale de su casa y no sabe si va a regresar con vida”, manifestó el hombre, quien se encontraba fuera de la morgue del Hcamp, esperando le entregaran el cadáver de su hijo.
Él junto a Yesenia Apóstol, prima del fallecido, narraron que el joven estaba junto a su primo y un amigo en una esquina aproximadamente a la 01:00 de la tarde, cuando de pronto dos vehículos se detuvieron y de uno de ellos bajó un hombre, quien sin mediar palabras le disparó, “los otros muchachos salieron corrieron pero Naudy no pudo”, comentó la dama.
Para ella, hubo una confusión en el caso, pues al parecer, el hoy occiso era un muchacho sano, “ni siquiera hablaba casi. Era muy risueño, se levantaba, le pedía la bendición a su mamá y de una vez sonreía”, dijo Apóstol.
Según ella, ayer Castillo Gallardo comenzaría a trabajar como asistente de su madre en un taller de costura, “no tenía hijos ni problemas con nadie. Incluso, no salía a tomar, muy rara vez lo hacía”.
Las autoridades policiales informaron que al joven le decían El Nike, declaraciones que desmintieron los familiares, “nos sorprendimos porque nunca tuvo apodos”. Ambos allegados concluyeron en que la zona está peligrosa y que la impunidad reina en el país, “¿cómo vamos a creer en la justicia, si agarran a un matón y a los días le dan beneficio?”.
La policía científica maneja como móvil del hecho la venganza, ya que le propinaron múltiples impactos de balas en diferentes partes del cuerpo.
Seis homicidios el fin de semana
Con seis homicidios finalizó el tercer fin de semana de enero en el estado Lara. Todos cometidos con armas de fuego y en diferentes municipios de la entidad, siendo el de mayor incidencia delictiva, Iribarren, capital de la región.
Entre los asesinados, se encuentra el quinto adolescente que corrió con la mala suerte de ser abaleado en este mes, al igual que un presunto delincuente, apodado El Ronald, perteneciente a la banda de El Armandito en Quíbor y quien estaba manejando el vehículo en el que se dieron a la fuga los homicidas de los trabajadores del restaurante Morichal.
