Una característica importante del intento del presidente Barack Obama de reorganizar el espionaje electrónico estadounidense no funcionará, dijeron el domingo los líderes de las comisiones de inteligencia del Congreso, al rechazar la idea de que el gobierno debe ceder el control de los registros telefónicos de los estadounidenses.
Obama, que enfrenta presión para que apacigüe la controversia en torno al espionaje gubernamental, dijo el viernes que desea que la mayor parte de los registros telefónicos sean almacenados fuera del gobierno con el fin de reducir el riesgo de que alguien haga mal uso de esa información. El presidente indicó que requerirá que un juez emita una aprobación especial por adelantado antes de que las agencias de inteligencia puedan examinar los datos de alguien y obligará a los analistas a mantener sus búsquedas enfocadas en presuntos terroristas u organizaciones sospechosas.
«Y creo que eso es algo muy difícil», dijo el domingo la senadora demócrata Dianne Feinstein, que encabeza la Comisión de Inteligencia del Senado. «Porque todo el propósito de este programa es proporcionar información instantánea con el fin de poder desbaratar cualquier conspiración que pudiera estar ocurriendo».
Bajo el programa de espionaje, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) reúne números telefónicos marcados y la duración de las conversaciones, pero no el contenido de las llamadas.
Obama indicó que en ocasiones la NSA requiere utilizar esos registros para hallar a gente vinculada con presuntos terroristas, pero dijo que a la larga la mayor parte de los datos deben ser almacenados en alguna parte fuera de las manos del gobierno. Eso podría significar hallar alguna forma en que las compañías telefónicas guarden los registros, aunque algunas empresas han mostrado su rechazo a esa idea, o podría referirse a la creación de una entidad para almacenarlos.
Feinstein dijo que muchos estadounidenses no comprenden que las amenazas persisten luego de una docena de años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. «Se están diseñando nuevas bombas. Están surgiendo nuevos terroristas, nuevos grupos. De hecho, un nuevo nivel de crueldad. Y creo que tenemos que estar preparados», afirmó.
El representante republicano Mike Rogers, presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, consideró que Obama había intensificado una sensación de incertidumbre en torno a la capacidad del país para extirpar las amenazas terroristas. El mandatario no dijo quién debería controlar los datos de los estadounidenses; les pidió al secretario de Justicia y al director de la inteligencia nacional que encuentren una solución en 60 días.
«Realmente necesitábamos una decisión el viernes, y lo que obtuvimos fue mucha incertidumbre», afirmó Rogers, representante por Michigan. «Y según lo conversé el fin de semana con funcionarios de inteligencia, este nuevo nivel de incertidumbre ya está teniendo algo de impacto en nuestra capacidad de proteger a los estadounidenses al hallar a terroristas que intenten atacar a Estados Unidos».
Los legisladores sí elogiaron al mandatario por la defensa que hizo de los programas de espionaje de la NSA.
«En primer lugar, creo que fue muy importante que el presidente explicara que no se están cometiendo abusos; que este no es un programa ilegal ni una agencia sin escrúpulos», afirmó Rogers.
Los programas de espionaje han estado bajo intensas críticas desde que Edward Snowden, ex analista de la NSA, se llevó en secreto aproximadamente 1,7 millones de documentos vinculados con el espionaje y otras operaciones de la Agencia de Seguridad Nacional, dándoles los documentos a periodistas de todo el mundo. Lo revelado en los textos desató intensa indignación en torno a si los estadounidenses han estado haciendo a un lado las protecciones a la privacidad con tal de obtener datos de inteligencia sobre posibles terroristas.
Feinstein y Rogers declararon en el programa «Meet the Press» de la cadena NBC. Rogers también se presentó en «State of the Union» de CNN y en «Face the Nation» de CBS.