En 1998 ocurrieron, oficialmente, 4.550 homicidios y de ese número pasamos a cerrar el 2013 con 24.700 casos de ese tipo.
Esta cifra es cinco veces más de lo que se había registrado hace 15 años, observa el Dr. Luis Izquiel, experto en seguridad ciudadana, consultado por EL IMPULSO.
Hoy tenemos la segunda tasa de homicidios más alta del mundo: 79 por cada 100.000 habitantes.
Pero, de igual forma han aumentado los secuestros, los robos y otros grandes delitos que afectan a los venezolanos.
Sin justicia
–¿Qué ha ocurrido en los últimos quince años para que se haya agravado esta situación de criminalidad?
-Existen muchos factores. El principal es la destrucción institucional, dada en estos 15 años, que se llevó al Ministerio Público y al Poder Judicial.
Esas instituciones son hoy el reflejo de la total impunidad. El último informe del Ministerio Público, correspondiente al año 2012, da cuenta que en el país existe 98 por ciento de impunidad; es decir, apenas dos delincuentes de cada cien son efectivamente investigados y condenados.
Armas por doquier
Aunado a la destrucción institucional, que conlleva a la impunidad, existe un gran problema de circulación de armas de fuego. Los cálculos conservadores estiman en 5 millones de armas de fuego, la gran mayoría ilegales, sin ningún control por parte del Estado. Estas son las que utilizan los delincuentes para cometer la gran mayoría de homicidios, robos, secuestros y otros delitos.
Falta de funcionarios policiales
Otro de los problemas es el déficit policial. Hacen falta por lo menos 40.000 policías. Según los estándares internacionales debemos tener 4 policías por cada 1.000 habitantes. Eso significa que Venezuela debiera tener 120.000 policías; pero, sólo hay 80 mil, de los cuales, la mitad no está custodiando la sociedad. Eso lo reconoció la rectora de la Universidad de la Seguridad.
-¿Qué está haciendo la mitad de la cantidad de policías que no custodia a la sociedad?
-Están de escoltas de personalidades oficialistas, repartiendo citaciones de tribunales porque no hay suficientes alguaciles que cumplan con esa función, muchos de permisos o de reposo. Lo cierto es que el déficit policial es muy elevado.
No existe rehabilitación
Y por último, para cerrar a grosso modo las razones por las cuales hemos llegado a esa situación, están las cárceles.
Éstas, que debieran ser centros de rehabilitación de las personas que cometieron delitos, hoy son escuelas de delincuentes, dominadas por pranes, donde hay drogas, armas de guerra y desde donde se dirige la comisión de acciones delictivas.
-Durante el mandato de Hugo Chávez, el Gobierno expresó cierta preocupación al producirse la masacre de los hermanos Fadul. Y ahora, a raíz del asesinato de la actriz Mónica Spear y de su exmarido, el presidente Nicolás Maduro reconoció el problema de la criminalidad y habló de la necesidad de establecer un diálogo con alcaldes y gobernadores, para luchar contra la delincuencia. ¿Qué explicación podría haber sobre esas reacciones cuando los crímenes son impactantes a la opinión pública, pero no ocurre lo mismo con lo que sucede a cada instante con las muertes de gente común?
El rostro de los números
-El caso de Mónica Spear lo que hace es ponerle rostro a esos números de la violencia. Porque cuando matan al hijo de María, entonces lo que pasa es a formar parte de un número.
Los venezolanos vemos constantemente, los fines de semana, cómo han asesinado a 20, 30, 40 o cuando hay el cierre del mes. La gente se entera, por ejemplo, de cuántos cadáveres fueron ingresados por la morgue de Bello Monte, en Caracas, o por la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, de Barquisimeto. Los hijos de María forman parte de números de las estadística.
Cuando es asesinada una persona que tiene notoriedad en la sociedad, como Mónica Spear, es que se pone la lupa sobre esa situación; pero, esta ocurre a cada instante.
Esos 24.700 homicidios registrados el año pasado se traducen en 68 diarios. Eso significa un asesinato por cada 21 minutos. Ya estamos hablando de una especie de guerra la que estamos viviendo aquí como consecuencia de la delincuencia.
Las respuestas que se esperan
Ahora bien, ¿cómo ha asumido el Gobierno el asesinato de Mónica Spear? Otra vez con la retórica de que hay que tomar medidas, ajustar los planes y convocar a un supuesto diálogo en Miraflores, un show o una reunión mediática; pero, las cosas no pueden quedarse en simple discurso o en un actico. Tiene que pasar a los hechos que el país está esperando.
-¿Cuáles son?
-Hablamos de la impunidad.
Primero, ¿está dispuesto Nicolás Maduro a designar en la Fiscalía del Ministerio Público a una persona independiente, que coloque a esa institución a cumplir con su función constitucional de investigar y ejercer las acciones para lograr condenar a los delincuentes? O, ¿vamos a seguir con ese organismo politizado?
Segundo, los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia van a actuar para desarmar a los colectivos, que dominan la capital y otros sectores del país? ¿Se va a seguir permitiendo que los pranes controlen las cárceles y tengan las armas de todo tipo dentro de los penales y sigan operando a sus anchas? Esas son las acciones que el país está esperando.
Al desinstitucionalizar el país, no se puede esperar sino el caos
Para la Dra. Mercedes Pulido de Briceño, sicóloga y exministro del desaparecido Ministerio de la Familia, la inseguridad reinante es consecuencia de varios factores, el primero de los cuales es la impunidad y ausencia de normas. Cuando todo es posible y todo está permitido, indica, no hay capacidad de control de nada.
En segundo término, hay una permisibilidad muy grande en todo lo relacionado con el armamentismo. El propio Gobierno se trazó como política armar los colectivos bajo el pretexto de defender lo que el desaparecido mandatario llamó “una revolución pacífica, pero armada.” Se ha venido defendiendo por doquier la alteración del orden público, mediante el supuesto de los cambios sociales.
Tercero, no hay suficientes policías para garantizar la seguridad de los ciudadanos y de sus bienes. No se puede creer que los uniformados de los cuarteles pueden cumplir las funciones de los policías preparados para la custodia de la población civil. Un caso muy emblemático fue la eliminación de la Policía Metropolitana, que era un excelente cuerpo de tipo investigativo, que conocía, además, los territorios donde operaba.
Cuando se ha incurrido en la desinstitucionalización del país, no se puede esperar otra cosa que el caos, sentencia la Dra. Pulido Briceño.
En Venezuela al perderse las instituciones, el narcotráfico tiene toda la libertad de moverse, observa. Ahí se establecen las mafias de la corrupción. Pero, también hay que tomar en cuenta que la violencia está muy asociada al haber hecho el negocio de las drogas un proyecto general de vida
Y en cuanto al discurso oficial, estima que este es el reflejo de una visión unipolar; es decir, yo puedo imponer por mi voluntad. Venezuela tiene una realidad: los petrodólares, son un atajo para cualquier cosa. Tú puedes decir “yo puedo paralizar a todo el mundo porque tengo los recursos para hacerlo”. Y sobre el mismo particular, tengo la impresión de que hemos perdido totalmente el proyecto nacional. ¿Qué tenemos? Un régimen que no puede responder a ninguna de las realidades. Y te voy a poner un ejemplo: el caso del asesinato de Mónica Spear, es una evidencia de que al eliminarse los peajes, también se acabó con la vigilancia y la seguridad en nuestra vialidad, porque el Gobierno tenía los recursos para imponerse. Ahora nadie es responsable de nada.
Las alarmas están encendidas
La Dra. Nelly Cuenca de Ramírez, directora del Centro de Resolución de Conflictos del Colegio de Abogados del estado Lara, dice que al considerar la forma como nuestra sociedad se ha tornado tan violenta en el curso de los últimos años, sería muy ingenuo si pensamos que se debe a un solo aspecto.
Tiene que ver con muchas cosas, explica. Recuerdo que William Ury -profesor de la Universidad de Harvard y reconocido teórico de negociaciones en el mundo- cuando estuvo en nuestro país y dictó un taller al cual asistí, decía que en Venezuela están prendidas todas las alarmas, que en otros países se han dado y han provocado guerras civiles.
Las causas que él alegaban eran las siguientes:
1) El irrespeto. Nadie respeta a nadie. Ese es un valor que debemos recuperar.
2) La población armada, aspecto que incide seriamente en los hechos de violencia.
3) La polarización de la sociedad, incluida la de los medios de comunicación.
Ahí están los factores fundamentales que pueden generar una violencia colectiva. Creo que estamos en esa situación.
Por otra parte, tenemos todo lo que tiene que ver con el modelaje, que el Estado mismo está mostrando. Eso tiene que ver, primeramente, con el aspecto de la investigación; segundo, la fase de enjuiciamiento; y tercero, todo lo relacionado con la parte penitenciaria. Estamos refiriéndonos a las tres etapas que tienen que ver con la criminalidad.
Al respecto conviene preguntarnos: ¿Cómo se investigan las crímenes? ¿Realmente lo estamos haciendo de la mejor manera? ¿Nuestros cuerpos de investigación están dotados de personal suficiente e idóneo, así como también de los recursos que se necesitan para realizar sus actuaciones? Igualmente tenemos que analizar lo que pasa en el sistema de justicia, que va más allá del Poder Judicial. ¿Cuántos casos puede un fiscal del Ministerio Público investigar? ¿Tienen el tiempo necesario para cumplir esa función? ¿Hay objetividad para perseguir la delincuencia? Esas y otras interrogantes merecen respuestas.