El Vaticano indicó haber apartado del sacerdocio a unos 400 religiosos en 2011 y 2012, durante el pontificado de Benedicto XVI, tras un aumento de las denuncias por abusos sexuales contra niños.
«En 2012 fueron alrededor de 100, mientras que en 2011 fueron alrededor de 300. Algunos fueron objeto de procedimientos disciplinarios, otros hicieron un pedido», declaró a la AFP el portavoz de la Santa Sede Federico Lombardi.
En años anteriores, tras la elección de Benedicto XVI, quien sustituyó a Juan Pablo II en 2005, la Iglesia católica, que cuenta con unos 400.000 sacerdotes en el mundo, había apartado a muchos religiosos más.
No obstante, la Red de Supervivientes de Personas Abusadas por Sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés) consideró insuficientes estas medidas disciplinarias.
«El papa tiene que empezar a expulsar del sacerdocio a los eclesiásticos que cubren crímenes sexuales, no sólo a aquellos que los cometen.
Mientras esto no ocurra, las cosas cambiarán muy poco», afirmó en un comunicado.
«La expulsión del sacerdocio es más una estrategia de defensa que un modo de proteger a los niños», agregó.
Para la SNAP, «los responsables católicos tendrían que ayudar a garantizar que la justicia penal procese a los eclesiásticos que cometan abusos contra niños».
Por primera vez, los representantes del Vaticano respondieron a las preguntas acerca de los abusos cometidos contra menores por religiosos católicos formuladas por los expertos de este comité, cuyas conclusiones se publicarán el 5 de febrero.
«La Santa Sede se da cuenta de que hay que hacer algunas cosas de otro modo», declaró durante este encuentro Charles Scicluna, exfiscal del Vaticano en casos de abusos sexuales.