Cuando todavía las esperadas y masticadas gafas de realidad aumentada de Google no han abrazado aún la nomenclatura comercial –algo que ocurrirá, previsiblemente, a lo largo de este curso- la compañía responsable del buscador más conocido del planeta ya ha mostrado lo último que se cuece en lo más profundo de las cocinas de Mountain View: unas lentillas inteligentes. Un curioso y no tan futurista dispositivo que tendría como principal público objetivo aquellas personas que padezcan diabetes, a los que ayudaría a medir sus niveles de azúcar gracias a las lágrimas de sus ojos.
Los padres de la iniciativa pertenecen a la división X de la compañía, un selecto y hermético grupo de mentes que también han estampado su firma en otros ingenios del gigante de Mountain View como las Google Glass o el «proyecto Loon», con el que pretenden llevar conexión Wi-fi a zonas remotas. Aseguran que ya han probado un arquetipo que cuenta con un pequeño chip inalámbrico y un sensor diminuto que se encaja entre las dos capas que compondrían las lentes de contacto blandas.
«Estamos probando prototipos capaces de generar una lectura por segundo», aseguran Brian Otis y Babak Parviz, coautores de esta idea, que advierten «que todavía es pronto» para la llegada de esta tecnología aunque han llevado a cabo varios estudios clínicos «para refinar» estos primeros modelos beta. Los dos investigadores dibujan, en el blog oficial de la compañía, que este sistema podría funcionar como aviso previo integrando diminutas LED en las lentillas que al iluminarse advertirían de que la glucosa ha superado o ha caído por debajo de los niveles establecidos. Los datos llegarán a un móvil, una tableta o reloj inteligente.
«Mucha gente con la que hemos hablado dice que controlar la diabetes es como un trabajo a tiempo parcial», cuentan los padres de la idea. Afirman que a pesar de que es conocida la magnitud «creciente» de este problema –afecta aproximadamente a una de cada 19 personas en todo el mundo-, pocos son los que realmente son conscientes del engorro que supone convivir con esta enfermedad. «Aunque hay algunos que usan monitores de glucosa, con un sensor bajo la piel, todos deben pincharse en el dedo y hacerse la prueba con las gotas de sangre a lo largo del día», critican Otis y Parviz sobre los «perturbadores» métodos de control, que tienen como resultado que los enfermos no cumplan al cien por cien con estos pasos.
El equipo que trabaja en estas lentes asegura estar en conversaciones con las autoridades federales encargadas de la gestión de nuevos fármacos -la FDA-, aunque advierten que los planes de la compañía no son sacar este dispotivo al mercado en solitario. «Tenemos la intención de buscar socios que sean expertos en la oferta de productos como este», escriben. «Estos socios podrían utilizar nuestra tecnología para crear una lente de contacto inteligente y desarrollar aplicaciones», remachan.