“Míranos con compasión”

Para el momento de escribir estas notas, no ha terminado el día número 13 de 2014 y han ocurrido tantas cosas en tan poco tiempo que pareciera ya mitad del año. Este mes de enero ha comenzado difícil, trágico, violento, abundante en nubarrones y lleno de amenazas y despropósitos del gobierno, a pesar de que pregonan diálogos, concertaciones y pacificaciones que no llegan, ni llegarán.Además de la muerte de los esposos Berry–Spear, van, en los pocos días transcurridos de 2014, tres funcionarios policiales muertos en Caracas, el profesor de la UPEL y su señora madre también asesinados en Caracas y un sin número de víctimas y asaltos en todo el país. Por otra parte, la escasez de bienes hace estragos en toda la población, sin dejar a un lado la inflación. Incertidumbre total.
No hay divisas para los bienes que requerimos para vivir, escasean las  medicinas, los repuestos de automóviles, carros nuevos no hay, la flota de aviones de las líneas nacionales funcionando a medias porque tampoco llegan los repuestos para los aviones, no hay divisas para viajeros, no hay equipos médicos actualizados, ni siquiera en el sector privado, Pdvsa no produce y hasta ayer no había enviado en 2014, ni un solo barril de petróleo a nuestros clientes tradicionales.Ineficacia total. Continúa la intolerancia en contra de quienes adversan al régimen. Atentados graves contra todas las libertades públicas, especialmente contra la libertad de expresión. El caso de EL IMPULSO se ha venido agravando en las últimas horas. Las instituciones fundamentales del Estado destruidas y al servicio del régimen. Nada de perdón, amnistías o indultos o alguna medida humanitaria para Simonovis, mientras un guerrillero de las FARC es perdonado y liberado. La declaración de la Conferencia Episcopal Venezolana es una excelente referencia a la hora de conocer y evaluar con exactitud la situación que vivimos y las consecuencias que de ella se pueden derivar. “Es preferible una libertad riesgosa a un diálogo sumiso” ha dicho monseñor Diego Padrón, presidente de la CEV. No podemos pues caer en ingenuidades, estamos frente a una peligrosa coyuntura nacional.
De manera que la realidad está delante de nosotros y no engaña, por lo que  se requiere serenidad de espíritu, para enfrentar con inteligencia y cordura lo que se ve venir. No puede haber espacio para el desaliento y la desesperanza, pero debe haber claridad en lo que ocurre, para  saber cómo enfrentar  la más grave crisis económica, social, política, institucional y moral que haya vivido Venezuela en toda su historia republicana, sabiendo a la vez que el gobierno no quiere, no puede o no sabe arreglar los problemas, incluso teniendo claro que el gobierno es el problema. Las fuerzas democráticas deben cohesionar sus posiciones. Es la hora de una efectiva unidad nacional, tras objetivos de gran aliento y trascendencia. No es la hora para la política chiquita y egoísta, para los cálculos, eso sería un crimen de lesa patria. La unidad debe trascender aspiraciones personales, vanidades, ambiciones, figuraciones y proyectos personales. Todo el que crea en la democracia y la libertad debe dar un paso adelante y ofrecer sus mejores esfuerzos, su sacrificio para enfrentar esta hora dramática. No tengo dudas que la MUD ha sido una gran experiencia, valiosísima, los dignos compatriotas que la han conducido han sabido llevar con entereza ese ensayo de concertación y debemos agradecérselos, no podemos perder ese esfuerzo, el cual debe profundizarse y perfeccionarse, así lo requiere el alto interés nacional. De lo contrario perderemos el país.
En medio de este panorama exigente y de gran riesgo, los barquisimetanos tenemos una gran ayuda, una gran aliada, “esperanza nuestra”, a la cual acudir, nuestra amada Divina Pastora. Enero siempre empieza en Barquisimeto con el recordatorio del aniversario fundacional de El Impulso cada 1 de enero y el 14  con la venida de nuestra queridísima Divina Pastora a su visita anual a Barquisimeto. Este año le pido con esas palabras de aquella hermosa oración que aprendí de niño de labios de mi madre, “..Míranos con compasión, no nos dejes Madre mía. Amén.” Que la Divina Pastora nos ayude, nos socorre, nos aliente en esta lucha  difícil y hermosa a la vez, “no nos dejes, Madre mía” para poder preservar nuestras tradiciones, nuestro patrimonio cultural, humano, venezolano, religioso, en definitiva nuestra Patria, amenazados por extrañas ideologías traídas de otros países. Míranos con compasión y salva a Venezuela, amada Divina Pastora.