El encuentro con la Madre de Dios es motivo de regocijo. Quienes la esperan cada año a lo largo del recorrido, buscan ofrendarla de todas las formas posibles.
En un mismo canto, a viva voz, se unen grupos misioneros, jóvenes creyentes y creadores que aguardan su llegada para cantarle y entregarle infinito amor y devoción, con plegarias y alabanzas.
Dicen que quien canta ora dos veces, así lo dejaron ver los distintos conjuntos y agrupaciones que se apostaron por toda la avenida Lara, la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, la avenida Venezuela y Morán.
Rosarios cantados, el Ave María, melodiosas súplicas, ritmos cargados de vida, sumergieron a la feligresía en un acto de reflexión, de cambio, de encuentro con el Señor.
Las parroquias se encontraron una vez más, si bien procedían de diversos puntos del estado Lara e incluso de otras regiones, para conjugar su sentir mariano expresado con oraciones y emotivos homenajes musicales.