REFLEXION – La Idolatría

La adolescencia es una de las etapas más riesgosas para desarrollar conductas obsesivas y de idolatría en relación a cualquier modelo a imitar. Así lo  aseguran profesionales que han estudiado el comportamiento de los jóvenes, como el psicólogo de Red Salud U.Chile, José Pinedo. Sostiene,  que “el adolescente busca nuevos modelos para imitar y con los cuales identificarse. En este sentido, son “caldo de cultivo para poder idolatrar a figuras de la música, del deporte o de la farándula, ya que todos ellos representan algo que los padres, cada vez más desvalorizados dentro de esta etapa del desarrollo, ya no les pueden dar”. Triste  ¿no?
Recuerdo con simpatía a mi hermana Berna cuando éramos adolescentes, hoy profesora de Educación Física jubilada. Flamante representante de Juventud Prolongada. Dirige cursos y actividades de Bailoterapia. Ella reunía su propio dinerito y no se detenía cuando decidía comprar  los discos de los Monkeys y los Betles. ¿Y qué decir de la adoración por el famoso cantante  Sandro?. Hasta hoy, se notan los rasgos de ese  fenómeno en su vida, cuando observo que todavía sube sus videos y canciones por las redes sociales. Rosa… Rosa, Penumbras, El Maniquí, Guitarras al Viento etc. De verdad era un espectáculo agradable a los ojos de nosotros aquella idolatría.
Lo bueno de esta idolatría, es que con el tiempo va desapareciendo. En unos, más rápidos que en otros. Pero existe una idolatría que a nuestra manera de ver. En nuestra opinión, es más peligrosa. Por cuanto echa raíces en la personalidad del hombre, que incluso se lleva hasta la tumba. Nos referimos a aquella que sustituye a Dios en la vida del creyente como el objeto principal y único digno de adoración. Al cual sustituyen por objetos, figuras e imágenes hechas por materiales corruptibles y por la mano de los hombres, que  nada tienen que ver con el Dios Eterno presentado por  él mismo  en LAS SAGRADAS ESCRITURAS
Creemos, es un estado mental que el hombre desarrolla en un mundo que lo acosa de necesidades. Son los problemas existenciales, el miedo, la duda, la incertidumbre y la desesperación. Es la necesidad de respuestas rápidas, fáciles y tangibles. Que  las pueda tener de forma  inmediata. Esto  lleva al hombre espiritual a desarrollar  automáticamente idolatría. Se debe a la ausencia de una  fe concebida sobre la base de lo que realmente dice Dios en su palabra. La falta de dominio propio como fruto de Espíritu Santo hace que olvidemos quien fue el que sufrió la cruenta muerte en la cruz por nuestros pecados. Esta carencia, lleva a la persona  a asirse de algún ser elaborado, al cual le da poderes especiales, para  que “satisfaga” anhelos guardados por largo tiempo en su corazón.
Pero esto no es nuevo. Cuando Moisés subió al monte Sinaí a buscar las tablas de La Ley, los Diez mandamientos, y tardó un poco.  A pesar de los portentos, milagros y prodigios que año tras año, día tras día y noche tras noche Dios les hacía. A pesar de tener líderes de la talla de Aarón, escogido por el mismo Dios para oficiar  la verdadera adoración en el templo,  se corrompieron, abandonaron al Dios Eterno y se dedicaron a adorar la estatua de oro de un becerro.  “Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron a Aarón y le dijeron: «Levántate, haznos un dios que vaya delante de nosotros; porque a Moisés que nos sacó de Egipto, no sabemos qué le pasó».Ex.32:1. ¿Cómo les parece?
Con mucho respeto y consideración creemos. Y con amor cristiano decimos, que esta es la misma conducta que prevalece hoy. El cristiano se desespera y abandona la fe en el  INVISIBLE. Olvidan que la Fe es «la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve»  (Heb. 11: 1). Con justificaciones propias, tergiversaciones espirituales y tradición, se hacen de figuras que riñen con lo que Dios alerta en su Palabra. «No tendrás otros dioses fuera de mí.»No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra. «No te inclinarás a ellas, ni las honrarás.” Ex.20:3-5. Olvidan que  “… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”  (Juan 3: 16). Y que es el único digno de honra y gloria.  Por lo cual se exponen a afrontar la ira de Dios cuando venga por segunda vez. ¡Nos encontramos el martes que viene, con el permiso de Dios!
Próximo título: “Ignorancia Intelectual” “La historia de Sócrates, que nadie se atreve a poner en tela de juicio, no está tan comprobada como lo está la de Jesucristo».
Jean Jacques Rousseau.
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