La ofrenda musical dedicada a la Divina Pastora por agrupaciones emblemáticas del país y la Orquesta Sinfónica Juvenil de Lara bajo la batuta del maestro barquisimetano Gustavo Dudamel, reunió a cantidad de personas en torno a la Flor de Venezuela, recinto que abrió sus pétalos con motivo de tan sentida serenata a la Excelsa Patrona en su visita 158 a la ciudad de los crepúsculos.
Los concurrentes llegaron horas antes de iniciar el concierto. A las 5:00 de la tarde el público ocupó la avenida Bracamonte y la Venezuela.
Vale destacar la importante presencia de los numerosos efectivos de seguridad de los distintos cuerpos y la organización del evento por parte de los representantes del monumento nacional.
La tarima, ubicada en sentido norte-sur, exhibió dos grandes pantallas, en las cuales fue proyectado el concierto, destacándose el poderoso juego de luces e impecable sonido.
Los aplausos y vítores de los espectadores comenzaron a sentirse desde las 6:00 de la tarde. El público pedía a gritos la presencia de los artistas, mientras tanto, los ingenieros de sonidos y productores afinaban los últimos detalles.
Es de mencionar que el lugar fue distribuido por sectores: medios de comunicación, músicos de las orquestas, invitados especiales y autoridades gubernamentales.
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A las 7:00 de la noche, el cuatrista Luis Pino subió al escenario para interpretar un mosaico de temas venezolanos.
Media hora después, Carota, Ñema y Tajá prendió la fiesta con la mejor música del estado Lara.
Adelis Fréitez, Luis Hernández, Ramón Agüero, Cristóbal Mendoza y Ruperto «Tico” Páez, comenzaron su actuación con los temas Donde baila el viento, De dónde viene el cocuy y Cubiro.
Siguieron con Inquietud de Adelis Fréitez y Neguito Borjas, canción interpretada desde hace 18 años durante la peregrinación. La gaita zuliana fue cantada por el público. No podía faltar Los dos gavilanes de Don Pío Alvarado y Pablo Canela, ampliamente aplaudida y acompañada por la audiencia. Los Carota se despidieron con El espanto, tema ícono de la agrupación.
El concierto que iba puntual con la presentación de los artistas dejó ver a Lilia Vera justo a las 8:05 minutos de la noche, quien apareció trajeada de rosado y bufanda blanca. Vera cantó a capella mientras se resolvían algunos detalles técnicos. Interpretó Caramba de Otilio Galíndez y Serenata de Luis Laguna. Con un merengue de Cruz Felipe Iriarte y el golpe Ahí viene Montilla, se despidió la cantante.
El trovador José Alejandro Delgado fue otro músico presente. El joven oriundo de Caracas cantó Viene la barca, el golpe tuyero Liberen a Prometeo y Ven a Venezuela.
Pasadas las 9:00, arribó al plato, Gurrufío. El ensamble, compuesto por Ernesto Laya, David Peña, Cheo Hurtado y El Catire Jaime como invitado especial, interpretó Ay compai de Luis Laguna y un polo barroco.
«Gracias a Dios por reunirnos esta noche en esta serenata maravillosa que bendice a Lara y a Venezuela, le pedimos paz y seguridad principalmente, estamos seguros que la Pastora nos concederá paz y luz”.
El inconfundible sonido de Gurrufío paseó a los presentes por esos ritmos venezolanos que nos distinguen en el mundo entero. El cuarteto se despidió con un popurrí dedicado a Carota, Ñema y Tajá.
Previo al espectáculo de la orquesta, el ministro Izarra intervino para mencionar “que al menos 15 mil personas asistieron a la serenata”.
A las 10:00 p.m., los músicos de la Sinfónica Juvenil de Lara, el Coro Nacional Juvenil Simón Bolivar y el Coro Sinfónico de Lara conquistaron la tarima.
Posteriormente, el padre Oscar Fréitez bendijo la batuta de Dudamel. Diez minutos después se escucharon las gloriosas notas del Himno Nacional.
Dudamel también interpretó Ensoñación de Rafael Miguel López, Como llora una estrella de Antonio Carrillo, Cantata Criolla de Antonio Estévez, Aleluya, Golpe Tocuyano, Venezuela, Alma Llanera y Mambo. El cierre fue a las 11:30 p.m., con fuegos artificiales.