Las redes sociales (el boca a boca de la modernidad) se encargaron de llevar a la tarima instalada frente a la Flor de Venezuela, al público cautivado por voces e instrumentos y una figura entregada en cuerpo y alma a su momento: el maestro Gustavo Dudamel, quien impresionó el domingo de la noche barquisimetana con el ensayo de la Serenata en honor a la Divina Pastora.
Hoy, a las seis de la tarde, lo que fue ensayo será concierto en tributo a la Madre, con 150 músicos de la Orquesta Sinfónica Juvenil del estado Lara en escena, 200 coristas y cuatro grupos musicales, bajo la dirección de Dudamel y con el auspicio del Ministerio del Poder Popular para el Turismo.
El músico barquisimetano, cerca de las nueve de la noche, descendió de la imponente tarima y de manera personal comprobó el sonido, ajustó detalles y vigiló cada detalle para no quedarle mal a quienes acudirán para escuchar también a Lilia Vera, Carota, Ñema y Taja, al Ensamble Gurrufío y a José Alejandro Delgado y su banda.
Tributo a la Virgen
Vestido de manera informal, custodiado y atento a la fiesta de melodías que se sucedían en la tarima, conversó con el diario EL IMPULSO.
De la Virgen, en su advocación de Divina Pastora, dijo «es parte de mi vida; estoy muy contento porque tengo muy pocas oportunidades de estar en el mes de enero».
Comentó que en realidad más que darle a la Virgen recibe de ella su profunda energía.
-¿Tiene alguna petición especial para la Virgen?
-Paz, amor, unión, vida y progreso.
Repertorio de lujo
Gustavo Dudamel al frente de la Orquesta Sinfónica Juvenil del estado Lara, promete un repertorio de lujo: la Cantata criolla de Antonio Estévez, Ensoñación de Rafael Miguel López, Como llora una estrella de Antonio Carrillo, Golpe tocuyano de Trino Carrasco y el Mambo de Leonard Barreto, formarán parte del tributo musical a la Virgen en la antesala a la procesión del 14 de enero a la capital larense.
Ayer, el público barquisimetano disfrutó parte de lo que promete esta noche de música y luz. La gente no podía creer y hasta el sitio se acercó para escuchar, aplaudir y admirar la antesala de lo que hoy será la Serenata en honor a la Madre buena, quien procura para sus hijos, cada día y todos los días, un mundo mejor.