En las tareas re organizativas, que con tan noble propósito, acomuna, la Alcaldía del Municipio Iribarren, se destaca la designación de nuestro apreciado amigo Sigfredo Nieves, como Gerente de Operaciones de MERCABAR, el popular Mercado Mayorista de Barquisimeto, que por su importancia y organización, se hizo objeto de singular referencia, entre los organismos afines de su género, a escala regional y nacional y trascendiendo sus objetivos allende las fronteras.
Se dan la mano, para encumbrar un destino cierto y de apremiante requerimiento: el ser y el quehacer, fluyendo en armonioso consenso, con la escogencia recaída en Sigfredo, para desempeñar tan útil y exigente cargo, pues la capacidad reconocida en el elegido, y la satisfacción de servir a Barquisimeto, van parejas, incluyendo su zona de influencia, al igual que el jubilo y deleite, de atender con asiduidad, el llamado del Alcalde constitucional y legitimo, Alfredo Ramos, para incorporarlo a las medidas de alto aliento, de transformación y cambio, que han despegado con entusiasmo, para hacer de la Alcaldía Iribarrense un centro de mucha actividad y renovación, al servicio del hombre y de su promoción social, para darle a Barquisimeto la magnitud de eje geoeconómico de la Región Centro-Occidental.
En todas las actividades humanas que realiza Sigfredo, tiene por centro y vértice, la exaltación de lo social, vale decir el hombre, en su gama de tareas y funciones, donde la integración social alcanza relevancia especial y objeto de mayor contenido y asiduidad. Con amplitud y consenso objetivo, le hemos visto actuar, por la derecha senda de un sindicalismo abierto y renovado, con brisas de superación, acatando en sus pautas tesoneras, las buenas reflexiones de un común amigo: Jacinto Jiménez (de grata memoria) hacedor y propulsor de un liderato sindical de empatía, en la región, destinado a forjar un estable ambiente de justicia distributiva, donde haya pocos que tengan demasiado y menos que carezcan de todo.
Con entusiasmo realizador, Sigfredo, es el dirigente por antonomasia, de ese dinámico espacio de la ciudad, comprendido entre el Cují y Tamaca, que en su identidad jurídica y política es una Parroquia de gran dinamismo y proyección, Sigfredo fue el alma e infatigable inspirador de esa iniciativa, que nace a su paso por la Asamblea Legislativa del Estado Lara, donde sentó silla, con obra que está presente y por su alcance y significación, la comunidad guarda en su memoria agradecida.
Cují y Tamaca, forman el Norte de promisión, al superar el milagro del agua, por la que lucha sin cansancio, sin fatiga y sin desaliento. Es el veedor insuperable. Cuanto tiene el Norte factible para su progreso y desarrollo integral y coherente está ligado a su incejable quehacer: agua, escolaridad, salud, vialidad, urbanismo, deporte, cultura y expansión institucional. Es el hombre comunidad, que ha hecho suyo el común, un promotor social, a la altura de su capacidad y a la medida de su responsabilidad.
Dirigente de proba y probada actuación, en su existencia pública y en la vida privada. Siempre le hemos visto actuar guiado por pautas de democracia y de progreso, de dialogo y humana convivencia, enfilado, invariablemente, a sendas del bien común. Ahora, cuando, afortunadamente, conocemos la designación de que ha sido objeto, estamos ante una situación de duda circunstancial: a quien debemos agradecer más, si al magistrado competente, que acordó el nombramiento, o a quien fue seleccionado para ese destino exigente, de relevante interés y servicio colectivo.
Por sus virtudes paradigmáticas, Sigfredo está enrazado con el ancestros de aquellos, que el Libertador requería de modelo para el funcionario público, cuando dice en el Congreso de Angostura: ¡Hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados, constituyen las republicas! Viene, orondo a desempeñar un cargo público, donde no tiene nada propio, fuera de la propia dignidad de su vida.
¡ES EN EL ESPIRITU DONDE LA PATRIA SE INTEGRA Y SE REALIZA!
