Con voz propia
En Venezuela no existen presos políticos, frase nada original que usaba el finado que lo proclamó designado, es decir prevenido para sucederle, la repite con burla en el dramático caso del comisario Iván Simonovis.
En rueda de prensa internacional pidió se diga “a qué partido político pertenecía” y que la MUD le entregue lista de dirigentes de derecha privados de libertad. Y hacía poco el diputado Edgar Zambrano se la consignó en Miraflores.
Para el cuestionado Presidente, los denominados (utilizando argot de Globovisión) presos políticos deben reunir ciertos requisitos: pertenecer a partido; que ese partido sea de derecha (excluido están camaradas alcaldes y gobernador que se le sigue juicio en casa); y debe ser dirigente.
Reitera el ensañamiento que el autoritario régimen miliciano (¡a lo que ha degenerado el profesional militar ahora orientado por castrocomunismo!) tiene contra el preso.
A que «Simonovis siempre fue policía, no se puede catalogar de preso político», Se le rebatiría con que el (Maduro) siempre fue autobusero, y le podía catalogar de reposero, como le calificaban sus compañeros de metrobuses.
Su crueldad y la afirmación de que está en manos de la justicia, porque cometió delito de lesa humanidad, contradice hasta a la Fiscalía General, quien además se pronunció por beneficio humanitario.
Crimen tenebroso de lesa humanidad, como se lo recuerda Zapata en caricatura es “mantener preso a un enfermo grave como Simonovis”
Asume sus peculiares engaños, pues 25 días antes declaró estar pensando en medidas humanitarias, “para que sirvan para la paz”. También desautoriza al Ministro de Interior, mayor general Miguel Rodríguez Torres, quien había declarado que “la libertad de Simonovis está en estudio» y afirmó estar de acuerdo con la promulgación de amnistía que beneficie a presos políticos, en «gesto de paz, tranquilidad, concordia y diálogo»
Obvia la diabólica sentencia definitivamente firme de la Juez Maryori Calderón , que lo condenó al igual que comisarios y policías metropolitanos a pena máxima de 30 años por delitos ordinarios de homicidio y lesiones.
No olvidar los 8.600 venezolanos que en EEUU solicitaron y recibieron asilo y 3 a mil enjuiciados por protestar.
Algo dejó sí claro para quienes desde la derecha (asumo el calificativo porque ahora ser de izquierda es hacerle comparsa al corrupto régimen), adversamos esta política:
“No he querido hablar de Simonovis en público porque lo respeto a él y a su familia, pero me obligan a hacerlo”.
Entonces continuemos nosotros, para pesar de voceros mediáticos, planteando que Nicolás Maduro aclare la confusión creada por él y seguidores sobre su nacionalidad.
“Nací en Kenia, en Los Chaguaramos; no importa donde haya nacido, soy perro colombiano”.
Según el gobernador Vielma Mora nació en El Palotal del Táchira; para Elías Jaua en parroquia El Valle. Y Esperanza Lucena muestra acta forjada que dice en La Candelaria.
Al margen: Ordenó dictadura cubana y neo capitán cumple: «Dialogo no lo queremos, me niego rotundamente”. Y diputados opositores obedecieron con el monólogo de Maduro en Miraflores.