El Rey rechazado

-

- Publicidad -

“Haz lo que te piden. No te están rechazando a ti, sino a mí, pues no quieren que yo sea su rey! (1Samuel 8:7)
Extracté estos versículos del libro más importante en mi vida: La Biblia. A propósito del  inicio del nuevo año solo como una reflexión a las consecuencias que se derivan en nuestra vida cuando rechazamos a Jesús para depositar nuestra confianza en la idolatría. Feliz año para todos.
Samuel tenía dos hijos. El primero en nacer fue Joel, y el segundo, Abías. Cuando Samuel envejeció, puso a sus hijos para que gobernaran a Israel. Pero los hijos de Samuel no eran como su padre, sino que cometían muchas injusticias. Si dos personas peleaban por algo, y los buscaban a ellos para ver quién tenía la razón, ellos siempre ayudaban a quien les daba dinero y se dejaban corromper.
Por eso, todos los representantes de Israel fueron a Ramá para hablar con Samuel. Allí le dijeron: “Usted ya está muy anciano, y sus hijos no son como usted. Es mejor que nos dé un rey como los que tienen las otras naciones.”
Esto no le gustó nada a Samuel. Pero se puso a orar a Dios, y Dios le dijo: “Haz lo que te piden. No te están rechazando a ti, sino a mí, pues no quieren que yo sea su rey!  Desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, ellos me han dejado para adorar a otros dioses, y así también lo hacen ahora contigo.  Dales el rey que piden, pero adviérteles todo lo que ese rey les hará”.
Samuel habló con los que pedían rey, y les repitió lo que Dios le había dicho: “Esto es lo que les pasará cuando tengan rey:  El rey pondrá a los hijos de ustedes a trabajar en sus carros de guerra, o en su caballería, o los hará oficiales de su ejército; a unos los pondrá a cultivar sus tierras, y a otros los pondrá a recoger sus cosechas, o a hacer armas y equipos para sus carros de guerra.
“Ese rey hará que las hijas de ustedes le preparen perfumes, comidas y postres;  a ustedes les quitará sus mejores campos y cultivos,  y les exigirá la décima parte de sus cosechas para dárselas a sus ayudantes y oficiales. También les quitará a ustedes sus burros, sus esclavos y sus mejores jóvenes, y los pondrá a su servicio.  A ustedes los harán sus esclavos, y además les quitará uno de cada diez animales de sus rebaños. Entonces se arrepentirán de haber pedido un rey, pero Dios ya no los escuchará.
Y aunque Samuel les advirtió a los israelitas todo esto, ellos no le hicieron caso. Al contrario, le dijeron: “Eso no nos importa! Queremos tener un rey! Queremos ser como las otras naciones! Queremos un rey que nos gobierne y que salga con nosotros a la guerra!
¡La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

- Publicidad -

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -