El papa argentino Francisco, que desea una iglesia más humilde y cercana a la gente, decidió suprimir los títulos honoríficos, entre ellos el de «monseñor», una medida para acabar con el clasismo y el espíritu mundano dentro de la jerarquía eclesiástica.
La medida fue tomada hace varias semanas y fue divulgada este miércoles por medios de prensa italianos.
El Secretario de Estado del Vaticano envió una carta a los nuncios o embajadores de la Santa Sede en todo el mundo para que informen a los obispos sobre la medida.
El único título que los obispos podrán conservar es el de «capellán de su Santidad», precisa la carta, que subraya que la medida no tiene carácter retroactivo, por lo que muchos eclesiásticos de la Curia Romana, el gobierno central, seguirán manteniendo el título de monseñor.
En 1968, el papa Pablo VI, a quien Francisco se inspira, redujo el abanico de títulos honoríficos dentro de la Iglesia, que alcanzaban a llegar a ser 14.
La medida respeta el deseo del papa jesuita de reformar la Iglesia de forma gradual.