El 2013 fue un año de catástrofe económica, fuimos la inflación más alta del mundo, con un nivel de escasez propio de un país en conflicto bélico, otro año de reducción del aparato productivo, sin mencionar las devaluaciones de nuestra moneda cada vez más débil.
Con semejante escenario precedente ya se deberían evidenciar cambios significativos en la conducción de nuestra nación, pero no es así, el gobierno presidido por Nicolás Maduro sólo hace énfasis en el “Plan de la Patria”, plan que según su discurso es la panacea a los problemas económicos, políticos, sociales, en fin, para todos los agravados males, pero más allá de retahíla mediática no profundiza en detalles.
Es de presumir que el vértice económico del gobierno seguirá siendo el modelo de producción derivado del poder popular, todo lo que propone la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, del mismo modo, seguirá tratando de dinamizar el comercio interno con las endémicas importaciones, por lo que el panorama para este 2014 no pude ser muy distinto al año que recién acaba de concluir o incluso peor, motivado a que ya no existirá, al menos en la misma medida que en el 2013, el refugio del dólar paralelo, ya que las decembrinas/electorales acciones gubernamentales que obligaron a comerciantes a vender mercancía con ganancias sobre precio de compra a dólar controlado (hayan o no sido beneficiados de Cadivi o Sicad) imposibilitará que empresarios importen sin las divisas que el gobierno otorgue a través de los mecanismos previstos, mecanismos insuficientes, lentos, desprovistos de controles efectivos, dicho por mismas autoridades rojas rojitas.
La gran pregunta: ¿Cómo solucionar el tema económico? La respuesta es probablemente más sencilla que cualquiera que usted pueda imaginar, la solución es: confiar en los venezolanos. El gobierno no confía en los venezolanos, en la capacidad emprendedora, trabajadora, productiva, pujante… es así ¡no cree! prefiere desangrar las arcas públicas apoyando a empresarios y trabajadores de otras naciones a través de las leoninas importaciones, cuando todo lo que se importa se pudiera hacer, incluso mejor, aquí en suelo patrio, con talento venezolanos, con trabajadores venezolanos, es algo que no tiene justificación ni perdón histórico. El deber del gobierno es velar que las leyes inherentes a la producción se cumplan, solo eso, de esa manera los venezolanos se echarían en sus hombros la patria, no como hoy, que son hombros extranjeros quienes nos cargan tambaleantemente.
@leandrotango