Generalmente se trata de excluir del medio donde trabajamos o habitamos el tema de la corrupción lo cual pone en evidencia un serio problema ético-moral a la hora de mostrarse el honesto ajeno a la complicidad o aceptación pasiva de la existencia de los burochorocratas o de cualquier tipo de agente de las malas mañas administrativas.
En el caso concreto de los condominios por lo general quien habla de corrupción y corruptos propios (miembros de las Juntas afines al contincoleo de los recursos financieros de la comunidad) pueden quedarse con la palabra en la boca porque al común no le gusta “meterse en problemas” y por lo demás cuando se trata de empleados públicos o militares prefieren tenerlos como amigos y pertenecer a su corte de admiradores mas que marginarlos porque casi siempre les parecen “buena gente”la cosa no necesita de análisis mentales porque en verdad es un mecanismo de defensa para no combatir en el día a día al corrupto propio en la convivencia constante.
Aquí tenemos un problema grave para resolver si de verdad se tratara de hacer la “guerra total” a la corrupción pero mas bien este comportamiento esta presente en el propio gobierno donde se habla con gran fuerza contra el corrupto externo ajeno al entorno pero todos saben como se mueven los poderes ocultos de los burochorocratas. O sea mis corruptos son chéveres y los ajenos al núcleo central del Poder son malos, perversos, mereciendo la prisión eterna.
El asunto es que esta conducta común al venezolano no promete nada nuevo, ni bueno para salir de tanto pillos disfrazado hoy día de revolucionario cuando en la practica se confunden, zorros y palomas, buenos y malos, a la hora de castigar a la Delincuencia Fiscal Organizada que como venimos observando por lo demás usan mecanismos propios dada la tolerancia hacia ellos y hasta el temor de castigarlos.
Estas acciones donde el saqueo se confunde con el “justo precio” (Escolástica) y la clase media se beneficia a costa de acusar al “pata en el suelo” de ladrón son parte de este drama donde los mismos artífices de la Ley del Contincoleo salen a la calle gritando ¡Ladrón¡ ¡Ladrón¡ para distraernos de la realidad. Donde desde Cadivi hasta las aduanas se cumple con eso de que los corruptos son los de afuera y al final los mas comprometidos ajenos al Poder Político Administrativo “pagaron” no se sabe cuantas veces el reventón escandaloso de los precios ajustados a la cadena de corrupción comercial burocrática. Una cosa resalta, el militarismo, quien parece ponerle el punto final a las actividades oscuras pero en la forma mas irracional para demostrar no actividades revolucionarias-lógicas sino mas bien las convulsiones de un grupo de revoltosos alzados contra el socialismo científico haciendo honor a un proceso de capitalismo corrupto encapsulado en el socialismo del siglo XXI.
Aquí en este país puede ocurrir cualquier fenómeno administrativo y desvirtuarlo con apariencias populares pero al final como en este transcurrir de compras, saqueos, robos y ventas es el culto a la Cultura Capitalista lo que fluye en la mente de unos y otros en nombre de la Justicia cuando este vocablo no se ajusta para nada a estos procederes mercantilistas con mucho tufo de demagogia pre-electoral.