El gobierno venezolano ampliará el sistema de venta y compra de divisas para turistas extranjeros al incorporar a hoteles, bancos privados y estatales y casas de cambio en el canje de monedas, anunció el viernes el ministro de turismo.
«Vamos luego a comenzar una segunda etapa con los hoteles cinco estrellas, luego incorporaremos a la banca privada y a las casas de cambio con lo cual buscamos multiplicar las posibilidades de los turistas», dijo el ministro de Turismo, Andrés Izarra, sin ofrecer más detalles. Izarra dijo a la emisora local Unión Radio que para la próxima semana se incorporará a la banca pública al sistema de cambio para extranjeros.
El Banco Central de Venezuela activó a fines del mes pasado un nuevo mecanismo que permite a los turistas extranjeros que arriben al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, el mayor del país, y a la terminal aérea de la ciudad centro costera de Valencia, negociar sus divisas en oficinas estatales.
Para ese tipo de operaciones se fijó una tasa de cambio de 11,30 bolívares por dólar, que está muy por encima de la tasa oficial de 6,30 bolívares por dólar.
La tasa de cambio para los turistas se calculó en base a los resultados de la última subasta de dólares del Sistema Complementario para la Adquisición de Divisas y se irá ajustando en las próximas semanas dependiendo de los resultados de las subastas.
El ministro de Petróleo y vicepresidente del área económica, Rafael Ramírez, anunció el mes pasado que el gobierno decidió ampliar el sistema de venta de divisas a través de las subastas para incorporar a los sectores turístico y aurífero y las inversiones petroleras.
Ramírez negó que la tasa del Sistema Complementario para la Adquisición de Divisas represente una devaluación y dijo que para el resto de las transacciones de compra y venta de divisas se mantendría la paridad de 6,30 bolívares por dólar. Desde febrero de 2003 en Venezuela opera un estricto control de cambio.
En el país opera un influyente mercado paralelo donde la divisa estadounidense se cotiza a más de diez veces del tipo de cambio oficial. La tasa del mercado negro se ha convertido en la marcadora de los precios en Venezuela generando fuertes presiones sobre la inflación que alcanzó al cierre del año una tasa anualizada de 56,2%, que superó en más del doble a la de 2012.
En los últimos meses el gobierno ha intensificado los controles y regularizado las subastas de dólares para tratar de terminar con el mercado paralelo, pero no ha logrado contenerlo.