El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) ha sumado a sus filas a su primer coche patrulla inteligente; en apariencia, como cualquier otro, pero equipado con herramientas y dispositivos capaces, por ejemplo, de detectar y registrar cualquier número de matrícula.
Así, el prototipo de smart car, ya lleva un año rodando en Brooklyn Heights, registra la matrícula de los vehículos circundantes y la cruza con su base de datos de vehículos robados, de forma que, si no encuentra ninguna coincidencia, la almacena en su memoria. El coche tiene también cámaras de vigilancia.
Además, en el parabrisas trasero incorpora un detector que rastrea el aire en busca de índices anormales de radiaciones y envía los datos a un centro de la policía para que sean analizados. Según han declarado miembros del cuerpo, en un futuro cercano estos coches contarán con nuevos avances que ayuden a los agentes a trabajar en la escena del crimen, como un escáner para huellas digitales y sensores de reconocimiento facial.
Toda la información recogida por el vehículo es enviada en tiempo real a la comisaría de policía. De hecho, la idea de comenzar a operar con estos coches deriva, precisamente, de la búsqueda por parte de la policía neoyorquina de nuevas formas de trabajo que permitieran conectar herramientas inteligentes en la calle con una compilación centralizada de datos en las comisarías, para que los agentes fueran alertados en tiempo real de incidentes y crímenes potenciales. Se espera que el sistema llegue pronto a todos los comandos de la ciudad.
Este coche patrulla inteligente no es un proyecto aislado, sino que forma parte de un plan estratégico a largo plazo llamado NYPD2020, que pretende dejar un cuerpo de policía totalmente modernizado para dicho año. Para ello, la policía de Nueva York necesitará reducir el tiempo que sus oficiales emplean en meras tareas administrativas y proporcionarles, también, la formación tecnológica necesaria, así como construir una base de datos centralizada de criminales y delitos.
Por ejemplo, los agentes ya operan con smartphones Samsung Rugby que les permiten enviar datos de la escena del crimen de forma inmediata. La encargada de llevar a cabo este plan es la firma consultora McKinsey & Co, que empezó a trabajar en el proyecto en 2011.
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