Ayer, el primer día laboral del año 2014, en el centro de Barquisimeto no amaneció ni un solo comerciante informal. Ellos mismos, acatando su acuerdo de mantenerse hasta el 31 de diciembre en la avenida 20 ofreciendo sus mercancías, cumplieron y en la mañana de este jueves no se instalaron como venían haciéndolo desde mediados del mes de noviembre.
Funcionarios de la Policía Municipal y la Guardia Nacional Bolivariana, desde tempranas horas se apostaron en estos espacios para brindar la seguridad y servir de controladores del tránsito para la circulación del Sistema de Transporte Masivo Transbarca, pero no hizo falta esta función, pues el centro lucía desolado, completamente diferente a días atrás cuando la cantidad de compradores y comerciantes abarrotaba el centro.
“No hubo necesidad de desalojarlos. Cuando llegamos no había nadie y hasta esta hora (10 am) no ha llegado ningún comerciante a instalar sus tarantines”, comentó uno de los funcionarios policiales que se encontraba en la Av. 20.
Desde la municipalidad, ya han expresado su disposición para hacer cumplir las ordenanzas de convivencia ciudadana y evitar la anarquía en el centro de la ciudad. Aseguran que tienen previstos diversos planes para que durante esta nueva gestión de la Alcaldía de Iribarren, a cargo de Alfredo Ramos, esta situación no se repita y en época de zafra navideña no se congestione el centro con tantos comerciantes informales.
Cabe recordar que los comerciantes hicieron referencia a un acuerdo firmado con la Alcaldía, Policía Municipal y GN, a partir del cual se les permitía trabajar en el centro hasta el 31 de diciembre, sin embargo en varias oportunidades habían sido amenazados con desalojarlos, colocando 700 funcionarios de la GN desde las 3:00 de la madrugada para impedir los tarantines con mercancía. Aunque esta acción fue anunciada en dos oportunidades, nunca se cumplió y para mejor, los buhoneros, sin necesidad de peleas y confrontaciones, abandonaron los espacios del centro de la ciudad.
Todo aparentemente volvió a la tranquilidad y a la normalidad cotidiana. Con un centro que ayer lució particularmente solitario, tiendas cerradas y vendedores que prefirieron un día más de descanso antes de comenzar de lleno las ventas del año nuevo.
Mientras tanto la colectividad está a la expectativa de los planes que serán desarrollados en este concurrido espacio y que todos tengan la oportunidad de ejercer su labor comercial sin ningún problema y sin perjudicar a los demás.