“No hay castigo para los delincuentes”, dijo de manera enfática Nora Jiménez, madre del oficial de la Policía del estado Lara, Enrique José Hernández Jiménez, de 21 años, quien fue asesinado la noche del domingo al oeste de Barquisimeto. A su juicio hace falta mayor seguridad tanto para la ciudadanía en general como para los efectivos policiales.
“Este país va a seguir así”. Se preguntó hasta cuándo va a reinar la impunidad en Venezuela. “Ahora veo la injusticia que existe. Desde hace dos años se ve con mayor intensidad. ¿Cómo anda el ciudadano de a pie?”.
También supone que la descompocisión social influye para que aumente la delincuencia, “aunque yo crié a cinco varones y ninguno está inmerso en ese mundo”. Espera que los organismos de seguridad den con el paradero de quien cometió el crimen y lo metan detrás de las rejas.
“Ahora hay un delincuente con un arma de fuego con la cual, seguramente, asesinará a otra persona”. Igualmente hizo un llamado a los entes legislativos, pues a su juicio no se preocupan de la integridad de los uniformados. “Deben reactivar el Código Orgánico Procesal Penal (COPP). Los derechos humanos protegen a los delincuentes; ahora hay que esperar que ellos disparen para que los funcionarios puedan actuar, ¿y los derechos humanos de los efectivos qué?”.
Nora Jiménez confesó que es sargento primero de la milicia. “Me hubiese gustado ser policía, incluso hacía los entrenamientos con mi hijo en la Escupol”. Quizá sea un gusto que ha pasado de generación en generación, pues el abuelo y un hermano del ahora occiso, también pertenecieron a Polilara.
A pesar de ello, el miedo para esta madre venezolana que perdió al cuarto de sus siete hijos, nunca faltó, incluso desde más de seis meses le insistía pidiera la baja, pero Kike, como le conocían, fue un apasionado de la vida policial desde su nacimiento. “La seguridad ahora ha cambiado. La fiscalía le da beneficios al hampa. La policía no tiene seguridad”.
Un sueño que le habló
Nora Jiménez comentó que tuvo un sueño con su padre, quien está fallecido. Ahora piensa que quizá fue un presentimiento de lo que iba a pasar, pues el domingo estuvo triste todo el día.
Dijo no ser creyente de las cenas en Navidad, pero este año se animó y compartieron en familia. “Les dije a mis hijos que quizás me iba a morir este año pero nunca imaginé que fuera mi hijo”.
La noche del domingo se encontraba en Los Rastrojitos y recibió la llamada de una de sus hijas; le informó que habían herido a Kike. “Yo me desplomé. Estaba desesperada hasta que me enteré que falleció”.
Falta mejor sueldo
A la morgue del Hcamp se acercaron algunos compañeros policiales de Enrique Hernández, y aunque por miedo a represalias no se identificaron, aseguraron que falta un mejor sueldo, pues ellos ponen en riesgo su vida todo el tiempo.
Otro de los compañeros del joven asesinado, quien se graduó como curso 1 de oficiales, dijo que después del acto pidió la baja, “como comerciante me va mejor no corro tanto peligro. De nuestra promoción ya han caído 16 desde hace año y medio. Es que a un día de graduarnos, mataron al primero, eso fue el 16 de enero de 2012”.
Enrique Hernández pertenecía al departamento de la subdirección de Polilara, donde trabajó con el difunto Vera Berríos y ahora con el comisionado Miguel Rojas.
