En Venezuela la educación intercultural debe fortalecerse

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El aprendizaje indígena es colectivo y socializado, mientras que el aprendizaje universitario es individual y competitivo, una realidad que se puede observar con mayor precisión y frecuencia en el estado Zulia, lugar donde se adelantan diferentes iniciativas para promover la educación intercultural.

De esa zona proviene los docentes Judith Aular de Durán, Jesús Cendrós y Liliana Mata, quienes preocupados por la situación elaboraron la investigación “Derechos de los pueblos indígenas: estudio del caso del Programa API Indígena de la Universidad del Zulia- Venezuela”, en la que se plantea una revisión de los avances en materia de dicha población y al mismo tiempo se destaca el referido programa como ejemplo que podría aplicarse para el resto de las universidades del país, dado que se trata de una propuesta de formación docente intercultural que apoya el desarrollo sociocultural de los estudiantes indígenas y no indígenas, así como de sus núcleos familiares, en especial de las poblaciones sumidas en graves condiciones de subsistencia.

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“En la experiencia de la Universidad del Zulia se aprecia con mucha preocupación la dificultad de los estudiantes API- Indígena para adaptarse al sistema educativo universitario formal porque el aprendizaje indígena es colectivo y socializado, mientras que el modelo de aprendizaje universitario es individual y competitivo, de allí que esta casa de estudios está acelerando el desarrollo de experiencias como el Diálogo Intercultural en las diferentes Escuelas, además de incluir, en la reciente Reforma Curricular, cambios en los programas de pregrado para hacerlos más pertinentes e identificados con la realidad social, cultural y económica de todos los grupos que conforman la población zuliana”, relatan los autores de la investigación documental- histórica publicada en la revista Educare, de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador de Barquisimeto (UPEL-IPB).

En opinión de los docentes, la institución universitaria debe abordar una discusión que considere una revisión tanto de sus valores institucionales practicados como de los métodos y prácticas de enseñanza en función de promover valores de solidaridad en un ambiente de trabajo cooperativo y socializado.

Abanico de potestades

“Los derechos humanos son un amplio abanico de potestades que van desde la más universal de todas: el derecho a la vida y que a su vez implica otros aspectos y condicionantes, como el derecho a vivir con dignidad, con educación, con salud, en paz y sin los riesgos de la violencia, de la injusticia y de la opresión. Tal vez no exista otra condición de mayor importancia para la sociedad, para sus bases morales y éticas, que la dignidad de la persona humana”, explican.

“En el caso de las sociedades latinoamericanas, su pasado inmediato está marcado por la conquista y el yugo colonialista a expensas de los pueblos indígenas y que representó la exterminación de gran parte de estos pueblos y el atropello a su dignidad humana”.

El año 1492 marca un hito fundamental en la historia de estos pueblos autóctonos.

El proceso de sustitución de una cultura y de una sociedad por otra fue violento. “Se estima que sólo el 15% de la población nativa de América Latina sobrevivió a los embates de los europeos, ocurridos no sólo por el uso indiscriminado de la fuerza, sino también por la introducción, en el continente, de enfermedades y epidemias desconocidas que diezmaron rápidamente a la población nativa, tal como lo describió, de manera descarnada, Fray Bartolomé de las Casas en sus crónicas indianas, recopiladas en siglos posteriores”.

En Latinoamérica, la mayoría de los países lograron liberarse de la opresión y gracias a ello entre los siglos 19 y 20 obtuvieron logros y avances en las áreas de educación pública y gratuita, atención generalizada en salud, la defensa de los derechos a la tierra y al trabajo, ya la conquista del derecho al sufragio, entre otros hechos que destacan los docentes. Pero, las poblaciones indígenas se mantuvieron al margen del avance y las reivindicaciones sociales.

“Desde mediados del siglo XX, el sistema de educación superior venezolano experimentó importantes transformaciones. Sin embargo, se mantuvo una exclusión marcada, sobre todo en el nivel universitario, impidiendo el acceso a las minorías menos poseídas y negando a los grupos étnicos nacionales la oportunidad de superar su condición educativa e imposibilitando su incorporación al contexto económico y social del país”.

Cambios y ejemplos

En Venezuela, luego de más de 500 años, los pueblos indígenas, obtienen una importante victoria en la preservación de sus derechos con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, resaltan, debido a la inclusión de un capítulo destinado a la salvaguarda de sus derechos fundamentales, con lo que se favoreció la aprobación de nuevas leyes en materia de educación y cultura que abren un inmenso escenario para el impulso de la educación intercultural en todos los niveles y modalidades del sistema educativo.

“Esos cambios motivaron a la Universidad del Zulia a estimular la incorporación de grupos tradicionalmente excluidos o imposibilitados de ingresar a la universidad”. En tal sentido, se crearon programas para aquellos estudiantes admitidos por la institución fuera de la asignación tradicional que realiza en Consejo Nacional de Universidades como el programa API (Admitidos Por la Institución) y en particular el programa API – Indígena (API–I Admitidos Por la Institución), el cual está dirigido a facilitar el ingreso de grupos pertenecientes a las diferentes etnias que hacen vida en la región zuliana y que históricamente quedaban marginados del sistema Nacional de Asignación del Consejo Nacional de Universidades fundamentado en Índice Académico.

“Para ser aspirante al API-Indígena, el estudiante debe ser hijo de madre o padre indígena, ser egresado de una unidad educativa preferiblemente ubicada en zonas indígenas, ser hablante de alguna lengua indígena y estar residenciado preferiblemente en comunidades indígenas”, detallan los docentes.

El programa se traduce en una valiosa oportunidad de superación, para un importante número de indígenas que viven en zonas próximas a la universidad.

Las evaluaciones realizadas al proyecto de LUZ indican que la diferencia que perciben los estudiantes de origen indígena, cuando ingresan al sistema universitario regular, se hace mínima a medida que avanzan en la carrera, dado que gracias al proceso de adaptación, se van igualando en eficiencia y eficacia con lo que consolida el planteamiento de que los indígenas deben pasar por un periodo relativamente largo de adaptación y cambio de una cultura colectiva y cooperativa a una cultura educativa individualista, poco colectiva y no socializada.

“Tal realidad sugiere que la institución universitaria debe abordar una discusión que considere una revisión tanto de sus valores institucionales practicados como de los métodos y prácticas de enseñanza en función de promover valores de solidaridad en un ambiente de trabajo cooperativo y socializado”, concluyen los autores.

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