Sin tregua – 2014: “Amanecerá y veremos”

El proceso que se inició en 1999 ha tenido sus éxitos políticos y sociales como lo indican las expectativas mayoritarias que generó en sus primeros años y el respaldo que todavía le brinda una parte importante de país, tal como queda reflejado en las elecciones del 8D.
Entre esos éxitos que una buena parte de nuestros compatriotas valoran positivamente, está el conjunto de alteraciones al modelo de democracia representativa: Alteraciones institucionales, en la participación ciudadana, en la redistribución de la renta, en el reconocimiento a clases y sectores tradicionalmente marginados; que se han llevado a cabo en clave relativamente pacifica, mediante verificaciones electorales y bajo la modalidad de democracia, aunque ella no se atenga a la tipología universalmente aceptada. No obstante, es también evidente que los métodos y fines últimos de esos cambios ocasionaron conflictos y fracturas irreconciliables – por ahora – entre nosotros.
El proceso político venezolano, pues, también ha acumulado fracasos y ha impuesto un costo muy alto al logro de justicia social que otros países, Brasil, Uruguay, Colombia, Chile, Perú, entre otros, se han sabido ahorrar y han podido por ello situarse en la ruta para alcanzar estándares de calidad de vida aproximados a los del primer mundo.
Quienes promovemos una alternativa frente al colapso del Maduro-cabellismo, y quienes defienden la necesidad de salvar lo rescatable de esta accidentada y larga experiencia de los últimos quince años y aquellos que aspiran a progresar con base en el mérito y al trabajo propio saben que es hora de cambiar la ruta hacia al abismo que transita el país. Venezuela no resiste más o nuevas dosis de ultra polarización.
El diálogo en Miraflores el 18D, demostró que hay zonas de coincidencias posibles para unir esfuerzos y reunificar voluntades. Y es que, igual que una familia, un país dividido en dos, con cada polo “jalando” en direcciones contrarias no podrá progresar, más claro aún: es inviable. En el caso que nos afecta, resulta absurdo el boicot desde “gobiernos paralelos” o despacho nacionales a la gestión de gobernadores y alcaldes refrendados por el voto popular tal como fue denunciado por Henri Falcón y Alfredo Ramos en el encuentro antes mencionado.
Luego, es inaplazable, en este 2014 que se inicia, un conjunto preciso de objetivos-país: Acordar soluciones para enfrentar las crisis que nos afectan, redefinir las reglas para resolver las diferencias… Esta concordancia parcial, entre diferentes instancias de gobierno y más allá de ellas, es una precondición del éxito común y la llave para combatir efectivamente la pobreza, vencer la inflación, regenerar el aparato productivo con sentido social, restablecer la convivencia y asegurar una justa correlación entre derechos y deberes para todos los protagonistas del acontecer nacional.
Por ejemplo, nunca más, luego del diálogo iniciado el 18D, deberá tratarse a los adversarios como enemigos, etiquetarse como agentes de un país extranjero, hostigar a sus líderes y organizaciones, criminalizar las disidencias o considerar la protesta social como un acto de desestabilización. Nunca más usar el poder del Estado como arma contra los ciudadanos, para colonizar y poner al servicio de propósitos políticos parciales instancias que deben servir a todos y no exclusivamente a quienes se adhieran a la ideología del gobierno de turno.
Y quienes militamos en la Alternativa Democrática, los excluidos, agraviados y perseguidos de hoy – si de verdad queremos crear las bases para alcanzar al siglo XXI – no podemos pretender voltear la tortilla y condenar al país a permanecer en el papel de los perdedores del continente. El odio y la venganza, como se sabe, son platos que envenenan.
Sería ocioso entrar a debatir si esto es un pasaporte de impunidad porque no lo es. Los delitos de la pillería oficialista, perpetrados en las altas esferas, no deben ser indebidamente trasladados a quienes defienden un determinado modelo de sociedad basados en sus convicciones y ejerciendo los derechos que la Constitución Nacional les garantiza.
Hay gente decente, de ideales y con méritos en el Psuv. Punto favorable para intentar profundizar en alcanzar nuevos espacios de diálogos, como ya está ocurriendo en las luchas reivindicativas y en la vida diaria de la gente que no deja que toda su vida sea atrapada por la polarización. 2014: “Amanecerá y veremos… “