La desbordante alegría que genera el nacimiento del Niño Dios, fue vivida en las instituciones benéficas de la ciudad, las cuales a pesar de contar con muchas necesidades y poco apoyo gubernamental, experimentaron sentimientos y valores propios de esta época festiva. La reflexión del día destaca que el compromiso de ayudar a las personas necesitadas, debe ser una asignatura a cuesta de cada uno de los ciudadanos del país; tal cual como lo hiciese Jesús con los pobres y desvalidos.
EL IMPULSO recorrió las instituciones Honim y Pequeño Cottolengo a propósito de conocer a detalles sobre cómo pasaron las navidades y qué exigencias desean que sean cumplidas en función de garantizar la estabilidad de su loable labor.
En el Hogar de Niños Impedidos Don Orione, durante el mes de diciembre se escenificaron un conjunto de actividades recreativas en representación de la Navidad. La primera de ellas se realizó el 18 de diciembre, mediante un agasajo culinario a las madres cuidadoras en reconocimiento a su empeñada labor social.
Luego, se celebró el pasado domingo 22 el programa “Regala una Sonrisa en Navidad”, cuya función se centró en que padrinos voluntarios obsequiaran presentes a sus ahijados recluidos en el centro. El evento contó con participación de grupos musicales que amenizaron la ocasión.
Posteriormente, el 25 de diciembre festejaron como de costumbre la navidad, que inició con una emotiva misa solemne celebrada en la capilla del hogar. Al culminar la eucaristía, los directivos del Honim hicieron entrega de juguetes a los 73 niños, jóvenes y adultos que permanecen recluidos. El evento culminó con un almuerzo navideño.
El Hermano Rafael, encargado de la Pastoral y directivo del Honim, sostuvo que la conmemoración de estas fiestas significa “el agradecimiento a Dios por haber traído su presencia a todos los hogares venezolanos, por ello celebramos tradicionalmente una misa”.
Informó, que continuarán las actividades, pues la institución llevará a los niños a un retiro vacacional en la población de Cubiro, donde estarán por más de una semana conectados con la naturaleza y disfrutarán de estimulaciones recreativas.
Festividad tradicional
Por su parte, la institución caritativa Pequeño Cottolengo, también realizó una serie de celebraciones navideñas.
Este centro que cuenta aproximadamente con 150 jóvenes con impedimentos cognitivos y físicos, comenzó sus eventos el pasado 15 de diciembre, a través de la entrega de regalos por parte de los padrinos voluntarios.
Al igual que el Honim, el Pequeño Cottolengo preparó un almuerzo para sus trabajadores, en función de premiar su labor y sensibilidad hacia las personas que cuentan con capacidades diferentes.
El 25 de diciembre, una emotiva eucaristía inició la celebración navideña. Bajo los tiernos acordes brindados por el grupo musical voluntario del hogar, los asistentes elevaron sus plegarias en presencia del Salvador.
“Nuestros jóvenes y adultos son los dueños del hogar, simplemente nosotros somos sus asistentes, quienes estamos en la total disposición de atenderlos. Esa es nuestra función de ser y carisma que tenemos en nuestro hogar”, declaró el Padre Patrick Anaere, subdirector del centro.
Necesidades conjuntas
Los directivos consultados lamentaron que existan ciertas necesidades en los centros por la desatención gubernamental por cuanto no cuentan con un ingreso fijo que alimente sus exigencias.