Fuertes temporales han causado este mes más de 30 muertos y 50.000 evacuados en los estados brasileños de Espirito Santo y Minas Gerais, en el sureste de Brasil.
En Espirito Santo, fronterizo con el estado de Rio de Janeiro, las peores lluvias de los últimos 90 años han dejado barrios y municipios bajo el agua, y un total de 21 fallecidos, informó el jueves el gobierno local.
Unas 48.000 personas han sido evacuadas de sus casas en este estado donde el agua sigue cayendo desde hace dos semanas.
Todavía hay dificultades para acceder a ciertas ciudades y comunidades inundadas en determinadas áreas de Espirito Santo, informó el gobierno local en un comunicado. «Vamos a tener que reconstruir el Estado», afirmó el gobernador, Renato Casagrande.
En el estado de Minas Gerais, vecino de Espirito Santo, donde la temporada de lluvia comenzó en octubre y se ha intensificado, el número de muertos asciende desde entonces a 18 y hay más de 4.000 evacuados. Al menos 10 de las víctimas fallecieron en los últimos días.
Una mujer de 56 años murió el día de Navidad, tras un derrumbe de tierra que alcanzó la casa donde se encontraba en la ciudad de Juiz de Fora, a 278 km de la capital Belo Horizonte, informó la Defensa Civil.
Un total de 79 municipios de Minas Gerais han sido afectados por las lluvias y 26 han sido declarados en situación de emergencia.
La presidenta Dilma Rousseff visitó el martes, en la víspera de Navidad, las áreas inundadas de Espirito Santo y prometió ayuda gubernamental para los damnificados, muchos de los cuales pasaron la Nochebuena refugiados en escuelas e iglesias.