¿Cuándo empieza el Año Nuevo?

El Año Nuevo comenzó a festejarse el 1 de enero hace relativamente poco tiempo. Fue el papa Gregorio XIII quien lo dispuso en 1582 para todos los países católicos al inaugurar el calendario en vigencia que sustituyó al juliano.
Luego, poco a poco, las restantes naciones lo incorporaron -los rusos fueron los últimos en 1917- y así también se aceptó en todo el mundo que el año comenzara allí y no el 21 de marzo o el 1 de abril, como solía serlo en los viejos tiempos.
Ana María Bertolini publicó un trabajo al respecto el 31 de diciembre de 2006 a través de www.telam.com, tratando de aclarar muchas dudas.
En su recuento señala que otros pueblos, que en lo civil se manejan con el calendario gregoriano, celebran su año nuevo en fechas distintas, en función de sus propias tradiciones históricas o religiosas.
Sin embargo, dice que el comienzo del año astronómico o natural -basado en el ciclo de las estaciones- continúa siendo el equinoccio de primavera en el norte de otoño en el sur, esto es, entre el 20 y el 21 de marzo, cuando el Sol «toca» el punto vernal y la rueda de las estaciones recomienza su vuelta.
Entonces, ¿cuándo realmente empieza el año nuevo? Los astrólogos dicen que el año nuevo es personal y que se inicia cuando uno llega al mundo, es decir, el día del cumpleaños.
Otros
Algunos radicales ortodoxos celebran el 14 de enero al mantener el calendario juliano.
La celebración del Año Nuevo Vietnamita, celebrado junto al Año Nuevo Chino.
El Año Nuevo Islámico se celebra el 1 de Muharram, aproximadamente a fines de enero e inicios de febrero.
La celebración del Año Nuevo Tibetano se celebra entre enero y marzo.
La celebración del Año Nuevo Iraní es para el equinoccio vernal, el 21 de marzo.
También la celebración del Bahaísmo se da en el equinoccio vernal, el 21 de marzo.
En Tailandia, Camboya, Birmania y Bengala se celebra entre el 13 y 15 de abril.
Celebración del Año Nuevo Mapuche es el 24 de julio.
Celebración del Año Nuevo Inca, el 24 de julio.
Celebración del Año Nuevo Judío es generalmente en septiembre.
Celebración del Año Nuevo Etíope, el 11 de septiembre.
El Año Nuevo tiene como antecedente histórico la creencia, desde los tiempos míticos, de que se reclama una reparación, una renovación y una reafirmación periódicas.
Noche vieja
La noche vieja, para nosotros «víspera de Año Nuevo», era una celebración consideraba como la «noche de los oráculos». Una antigua tradición señala que echando unas gotas de plomo fundido en el agua, las solteras podían descubrir la profesión y el nombre del futuro pretendiente; también si arrojaban un zapato por el aire podían saber la dirección en que llegaría. Una tradición reciente se entremezcla con esta celebración, la de «las 12 uvas de la suerte, o del tiempo”.
En el 2014 es poderosa la idea de los venezolanos de comenzar otra vez, de tener la oportunidad de tomar nuestros errores, aprender de ellos y construir algo nuevo. Qué maravillosa es la sensación de recorrer el camino que se necesita reconstruir, levantar con nuestras manos el futuro, esa frescura, ese nuevo despertar. Los brazos abiertos hacia un amanecer delicado, una línea de luz en el horizonte. Luz de las que bañan y embellecen las cosas, que crea sueños y consuela pesadillas.
Sentir que hay un mundo nuevo que construir cada día, soñar y tener esperanza. Un mundo que todos los venezolanos anhelamos y queremos levantar a pesar del despotismo. El mundo de las cosas que irradian fe, de las que siempre son parte de nuestra historia.
Este 31 de diciembre, a pesar de todo habrá bullicio en la ciudad, dormida, austera y callada, engañosamente pacífica al día siguiente, pero tan peligrosa como siempre, en un país donde no se vaticina nada elocuente, donde las diferencias sociales se hacen cada vez más abismales. Una lucha de clases artificial hueca e ideológica que el gobierno sostiene y presiona a conveniencia. Un enfrentamiento entre un resentimiento social muy viejo contra su chivo expiatorio más directo.
El día de pascua las calles vacías estarán llenas de basura con los lugareños dentro de sus hogares presionados por el temor y la incertidumbre, pero con la sensación de libertad y pureza.
Aunque el Año Nuevo sea sólo una fecha escogida por los hombres para calcular el tiempo, empecemos el nuestro con la gran oportunidad de tomar el mando de nuestras vidas para que el pasado, que ha dejado enseñanza y sabiduría, no nos siga lastimando. Hagamos  borrón y cuenta nueva.
¡Feliz año!