Una niña perdió una falange de su dedo meñique y un niño tuvo una fractura expuesta por el ataque repentino de peces palometa, una suerte de pirañas, que dejó unos 60 heridos entre bañistas en el río Paraná, en las costas de la ciudad argentina de Rosario, informó este jueves una fuente sanitaria.
«Hubo 60 personas heridas en total, de las cuales siete son niños y dos de ellos con serias lesiones. La nena que perdió parte de su falange del dedo meñique y otro niño de corta edad que resultó con fractura expuesta en uno de los dedos de su mano», declaró a la prensa Gabriela Quintanilla, subsecretaria de Salud de Rosario (310 km al norte).
El sorpresivo episodio ocurrió el miércoles, en una jornada tórrida, con una temperatura que superó los 38 grados celcius en día feriado por la Navidad, cuando varios miles de personas se encontraban en la playa o bañándose en las aguas del caudaloso río Paraná.
«La palometa es un pez rudo y muy voraz, con una dentadura muy potente y si muerde deja una lesión muy interesante», dijo a radio Vórterix Federico Corner, director del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (SIES), cuyo personal realiza una guardia en una carpa en esa playa.
Agregó que «se tienen que dar ciertas condiciones climáticas para que estos peces vengan en cardúmen hacia la superficie y hacia la orilla fundamentalmente».
La última vez que se había producido una invasión similar de estos peces en Rosario fue en la década de 1970, según la prensa rosarina.
El cardúmen no se podía divisar a simple vista ya que el río Paraná tiene color marrón y no es transparente.
«Fue algo muy agresivo. Esto empezó a darse el miércoles después de la media mañana, cuando empezaron a aparecer personas con mordeduras en los talones, los pies y las manos. Hubo personas a quienes las palometas literalmente le arrancaron pedacitos de carne», dijo Gustavo Centurión, médico del Sies.
Las palometas de esa zona son del tipo spilopleura y nattereri, de características muy similares a las pirañas, forman cardúmenes y son atraídos por heridas o la aparición de sangre y eso produce los ataques masivos, explicaron especialistas del Laboratorio de Ictiología del Instituto Nacional de Limnología (INaLi) que funciona en la zona.