Reflexión – ¡Hoy viene el niño Jesús!

Ese era el grito de alegría que hace mas de 50 años llenaba nuestra garganta y nuestro corazón. Y seguramente lo sigue siendo para muchos niños  actualmente.
¿Cómo olvidar esos recuerdos cuando una noche como la de hoy 24 de Diciembre, esperábamos la “venida” del niño Jesús? Imposible. Era bonito, pero también era feo.  Bonito,  por cuanto teníamos muchas expectativas de los obsequios que obtendríamos al día siguiente. Esa sensación de ser regalado y de tener en nuestras manos lo que habíamos pedido al niño Dios nos llenaba de alegría. Muchos nos acostábamos temprano, deseando llegara rápido la media noche para abrir los regalos anhelados. Pero feo, por cuanto amanecía y no veíamos lo que le habíamos pedido al niño Jesús, entonces, nos abrazaba una frustración horrible. Claro, un padre con trece hijos y un honorable trabajo de cobrador, no daba para traerle a la numerosa  prole, el “niño Jesús” que aspiraban. Y nuestra triste madre, nos explicaba con “mentiritas blancas” las razones, cosa que no asimilamos nunca.
Los tiempos han pasado y lo bonito y lo feo persiste. Solo que hoy las frustraciones se deslizan hacia la  conformación de conductas, en niños, que cuando van creciendo, las reflejan contra la sociedad y degeneran en resentimiento social, violencia y hasta delincuencia. Por supuesto, no vamos a buscar en estos momentos a quien endilgarle la culpa de estos descalabros sociales. Y mucho menos a los pobres padres, que tienen que hacer malabares económicos para no quedarse atrás con los regalos, casi siempre en competencia con los del vecino o del familiar cercano. Pero no podemos negar que una sociedad consumista produce estos comportamientos humanos. Y no se trata de “capitalismo salvaje”.  Creo más bien se trata de vivir una vida espiritual basada en tradiciones.
El cultivo de una vida espiritual sustentada en  tradiciones. Basada en lo que vimos, aprendimos y copiamos de nuestros padres y abuelos. La influencia de las iglesias donde nos llevaron y nos bautizaron, tienen mucho que ver con esta situación de frustración en los seres humanos. Y no estamos  juzgando a nadie. Pero es difícil no reflexionar al respecto. Ya Dios lo había expuesto de manera muy clara en su Palabra, cuando le habló al pueblo judío en tiempos de Jesús. Ya que se ocupaban con ahínco en cosas triviales, y la Ley, los Mandamientos y su obediencia, que sí era importante tener en mente permanentemente, lo desechaban, como sucede ahora. Les decía. «En vano me honran, cuando enseñan como doctrinas mandamientos de hombres’.»Porque dejáis el Mandamiento de Dios, y os aferráis a la tradición de los hombres [como el lavado de los jarros y los vasos, y otras muchas cosas semejantes]».Les dijo también: «Bien desecháis el Mandamiento de Dios, para guardar vuestra tradición.”Marc.7:7-9.¿Qué les parece?
Las tradiciones son bonitas, pero también son feas. Y son feas, por cuanto traen tristeza y frustración a muchos. Y Dios no quiere eso para sus hijos. Por ello, estamos convencidos, que ubicar al hombre en la justa y precisa dimensión cristiana, tal cual como lo presentan las Sagradas Escrituras es  lo más indicado. El niño Jesús fue la encarnación del mismo Dios, para mostrar y demostrarle a la humanidad su amor y su disposición de salvar a la raza humana perdida por la intromisión del pecado. Pero creció, se hizo hombre, comenzó y terminó su ministerio con la cruenta muerte en la cruz del calvario. Por cuanto era la única manera de rescatarnos de la perdición eterna. Ahora, se encuentra en el Lugar Santísimo, a la diestra del Padre, en el Juicio Investigador, abogando por nuestros pecados. Y prometió volver a esta tierra pronto, y lo hará, para buscar un pueblo que le sigue en obediencia y entrega espontanea, para irnos a vivir por la eternidad en un lugar muy distinto a este miserable planeta, donde no lloraremos más. «Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.  Y no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron»Apoc.21:4.
Si el cristiano educara a sus hijos en el marco de estas verdades, explicando que el niño Jesús creció y viene otra vez, como lo indica la SANTA BIBLIA, con seguridad abría menos frustración en los niños y menos desesperanza en los adultos. !Nos encontramos el martes que viene, con el permiso de Dios. “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi.” Jesús de Nazaret.

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