A Mariángela Mercedes Liárez Martínez, la torturaron hasta morir la madrugada de ayer cuando celebraba su cumpleaños 23.
El cuerpo fue hallado en medio de un precipicio durante la tarde en en una zona boscosa del balneario El Guape, en Duaca, municipio Crespo. Presentó signos de haber sido torturada: hematomas en la frente y el pecho, una herida cortante con hematoma en la cabeza, piera derecha desgarrada, senos estirpados y una herida de bala en el abdomen. Los funcionarios del Cicpc también observaron señales de haber sido abusada sexualmente.
La joven fue lanzada por un precipicio arropado de árboles de considerable tamaño. La dejaron desnuda. La ropa interior, un pantalón negro, tipo licra, y un par desandalias de cuero marrón quedaron regados cerca del cadáver.
Su madre, Mirian Martínez, mientras contenía el llanto, contó que el domingo en la noche Mariángel Mercedes salió a celebrar sus 23 años con varias de sus hermanas. A eso de las 12:00 de la noche regresaron a la casa en la carrera 24 con calles 23 y 24, del sector El Frío de Duaca.
“Ella estaba afuera de la casa y llegaron varios muchachos, yo estaba acostada, pero lo que me dicen es que ella volvió a salir a celebrar con ese grupo”.
La madre dijo que después de eso no la vieron más, pero todos creyeron que fue a festejar como lo hacía eventualmente. Al siguiente día les extrañó que no había llegado. A la 1:00 de la tarde enviaron a la familia un mensaje telefónico que decía: “Anda a averiguar lo que le pasó a tu hermana”. Al leer el texto la familia se preocupó. A los pocos minutos llegó un señor y avisó que el cuerpo inerte de Mariángela Mercedes estaba en El Guape, zona boscosa y solitaria que los lugareños usan para cortar camino y llegar más rápido al pueblo. Los familiares se fueron allá.
El lugar estaba acordonado con una cinta amarilla que decía No Pase. HabíanPolilara resguardando la escena.
A las 5:00 de la tarde llegaron los funcionarios del Cicpc, quienes junto a los paramédicos de Protección Civil y uniformados de Polilara, rescataron el cuerpo, le hicieron la experticia y luego interrogaron a los familiares.
Mirian Martínez, la madre, rompió en llanto nuevamente cuando los detectives del Cicpc montaron el cuerpo en la furgoneta. “Ay mi hija, mi hija del alma, no puede ser”, gritó mientras su hija mayor y otro pariente trataban de consolarla.
Uno de los vecinos, que no quiso identificarse comentó que a Mariángela Mercedes, le mataron al esposo a tiros el año pasado.
Cuatro testigos
Se pudo conocer que en el caso hay cuatro testigos, que se han negado a declarar por temor a represalias. Trascendió que una persona que en la infancia tuvo un impasse con la joven envió mensajes a los familiares en alusión a la muerte, pero no fue aclarado exactamente, qué fue lo que expresaron. Deja dos niñas de 2 y 7 años.