Siguen creciendo las expectativas en torno al comportamiento de la inflación en el mes de noviembre, toda vez que el Banco Central de Venezuela, luego de amenazar con dar a conocer los resultados del INPC, sin aviso ni protesto, decidió suspender la conferencia de prensa convocada con este objetivo, con la excusa de compromisos de última hora del presidente del instituto emisor.
En todo caso, por más que demoren la emisión de los resultados, han circulado algunas estimaciones preliminares que advierten que el comportamiento de los precios en el onceavo mes del año, pudiera estar en los alrededores del 4,5%, que en todo caso sería menor que el 5,1% del mes de octubre; sin embargo, este resultado permitiría suponer que la inflación al cierre del año va a estar por encima del 50%, una de las más elevadas de América Latina y del mundo, según los especialistas.
Históricamente ha sido una práctica ordinaria del ente emisor dar a conocer los resultados del Índice Nacional de Precios al Consumidor durante los primeros diez días hábiles de cada mes, según resoluciones del Directorio del BCV; sin embargo, cuando aparentemente todo estaba listo para hacer los anuncios, compromisos imprevistos de su presidente, condujo a la suspensión de la conferencia de prensa.
Un reconocido grupo de economistas, emitió el miércoles pasado un comunicado, en el cual destacan que el BCV ha sido una institución de gran prestigio como productor de estadísticas primarias y actualmente ese prestigio puede verse seriamente cuestionado si sus autoridades, sin explicación alguna, dejan de publicar las cifras de inflación de forma oportuna. Por tanto, solicitan al Directorio del BCV que haga público de forma inmediata los indicadores de precios y escasez del mes de noviembre de 2013.
Lo cierto es que este tipo de estira y encoge, por parte de las autoridades del instituto emisor, es lo que ha contribuido a que en algunas oportunidades se cuestionen las cifras emitidas, por cuanto la mismas no se compadecen con la realidad que viven la mayoría de los venezolanos, obligados a realizar giras por varios negocios para completar el mercado; con precios de los alimentos básicos que se han desbocado, como es el caso del cartón de huevos de 36 unidades, que hoy no baja de 140 bolívares; la leche la venden los buhoneros hasta en 80 bolívares el kilo y el kilo de carne ya no bajó desde que se subió a los 140 bolívares.
Es evidente que para resolver la crisis económica que vive el país y que afecta en forma significativa a la población, es imperativo que se defina un modelo de desarrollo donde se garantice el respeto a la propiedad privada, donde los tribunales laborales den un trato justo y equitativo a empleadores y trabajadores según lo establecido en las leyes vigentes, propiciando de esta manera la inversión tanto nacional como extranjera, se garantice el acceso a las divisas y precios justos para los bienes y servicios.
Sólo así se podrá retomar la senda del crecimiento de la producción y el surgimiento de nuevas empresas que permitan satisfacer las necesidades de la población en las mejores condiciones de oportunidad, calidad y precio. De lo contrario, si se insiste en aplicar medidas orientadas a paliar la situación en el corto plazo, el país verá como los problemas de escasez e inflación se harán cada vez más profundos.
Desde hace más de dos años, todos los organismos gremiales de la empresa privada, léase Fedecámaras, Conindustria, Consecomercio, Fedeagro, Cámara de la Construcción, Fedenaga venían alertando sobre una posible crisis de escasez y alza de precios de bienes esenciales y servicios debido al retraso de más de 200 días en la liquidación de divisas por parte del sector oficial; así como por la demora en la obtención de los permisos tales como Solvencia Laboral, Certificación de No Producción, guías de movilización, y otros obstáculos que han venido afectando la actividad productiva en el país.
La crisis se agudiza
Lamentablemente, no se aplicaron los correctivos a tiempo y es por ello que ahora las empresas, y principalmente los consumidores, estén sufriendo las consecuencias.
El sector manufacturero en la mayoría de las empresas, presentan serios problemas con sus inventarios, que en algunos casos oscilan entre el 10 y 15%, lo que les ha obligado a dar vacaciones colectivas; varias de las ensambladoras de la industria automotriz están en las mismas condiciones, alertando que si no hay cambios significativos, la producción del año próximo podría bajar a las 70.000 unidades.
Los comerciantes no presentan una mejor situación, solicitando del Gobierno que agilice el suministro de divisas, de manera que puedan reponer inventarios para el primer trimestre del próximo año, ya que lo poco que tenían se vendieron en las últimas dos o tres semanas, y en estos momentos no tienen las divisas para reponerlos, denunciando asimismo que por los puertos nacionales se ha registrado una caída en las importaciones entre el 50% y 70%, lo que evidencia que es poco probable que los inventarios se repongan a tiempo.
Existe consenso entre los empresarios, acerca de que el Ejecutivo tiene la potestad y el deber de establecer los controles para evitar que siga proliferando la corrupción con los trámites para adquirir las divisas, pero es muy poco lo que se está haciendo para flexibilizar el acceso a los dólares, por el contrario los requisitos ahora son mayores.
