Demasiados problemas sociales y políticos en Venezuela para una Blanca Navidad. Sin Justicia, sin armonía, sin gobierno eficaz. Sin luces. Ha llegado muy pronto, como si la de ayer fuera hoy, pero cada vez con menos ilusiones. El tiempo se nos vuelve a echar encima rompiéndonos el alma.
En este 2013 el disfrute será solamente para los ricos modernos, revolucionarios que quizás un día tuvieron rostros de infelicidad. La misma que hoy exhiben miles de compatriotas. El solitario, el desplazado y el melancólico sienten en estas celebraciones una agresión íntima impuesta por el entorno forzosamente festivo que los oprime y margina. Hoy más que nunca su dolor y angustia se multiplican. Les ofende la cultura del derroche y les maltrata la repetición con deseos de placidez para todo el mundo.
Varios millones de personas están en una situación bien distinta a las anteriores. Su ambiente económico es grave. Este enorme colectivo observa desconsolado cómo los acaudalados de nuevo cuño despilfarran en las costumbres chispeantes sin ellos poder acceder a lo más básico para alimentar debidamente a la familia.
Aunque cantemos los villancicos de todos los años, la procesión irá por dentro pensando qué será del pueblo el próximo 2014, si muchos continuarán trabajando, si sus hijos podrán estudiar en la universidad, si seguirán pagando la hipoteca o, el mejor de los casos, si podrán comprarse algo en mercal o ferias de las hortalizas, luego de amanecer durmiendo a sus puertas.
Construir un Estado de miseria es tan fácil que las políticas restrictivas del gobierno son ineficientes. No le han importado los daños colaterales con millones de personas bajando peldaños de clase social, adornando con la desdicha la vida de todo un país en ruinas.
El gobierno ha escogido el hambre como otra manera de morir y no el suicidio, por estar acumulando un tratamiento conducido al utilizar a nuestra humanidad como una mina de sacar provechosos recursos, sin darse cuenta que ya la tierra toca en el peñón donde la siembra no prospera.
Escribir sobre los sentimientos y costumbres de la navidad a estas alturas parece carente de gusto, chocante. Todos los años lo mismo. Los mensajes arcaicos de radio y televisión no invitan a nada. Tampoco reportajes en otros medios. Menos las cadenas de radio y TV.
A lo mejor, estas fiestas no cambiarán la personalidad de la gente, pero tampoco la mejorará, aunque es lo único, además de la muerte, que nos une y nos hace iguales.
Evento maravilloso sobre el cual hay que meditar profundamente, ya que es cada vez menos comprendido,
Demasiados niños están creciendo en un mundo saturado de «falsos modelos de felicidad» tentados por adultos inescrupulosos a los que atrajo el «callejón sin salida” del consumismo.
La Navidad es celebrada con pobreza o no por la mayoría de los cristianos, con algunas excepciones, como la de los Testigos de Jehová y otras confesiones protestantes que consideran que, al no indicar la Biblia la fecha del nacimiento de Jesucristo ni ordenar celebrarla, no hay razón para hacerlo o crear un festejo por ese motivo.
Esta Noche Buena volverá a tener un vacío en algún lugar del alma, pero debemos atrevernos a encontrarla dentro de nosotros, porque es allí donde está. Invitemos al recuerdo más lindo de la infancia, busquemos en ese cajón olvidado la carpetita que nos tejió la abuela, aquellas figuritas del álbum con brillantina, las revistas de “El llanero solitario” o “la zorra y el cuervo”, historietas que quedaron por ahí, la memoria de ese amigo imborrable, la carta que alguna vez nos escribió una novia, la foto que nos sacamos juntos, ese regalo que nos hizo, las salidas a los bailes del 24 después de saludar a la familia.
Invitemos también la evocación de los familiares que ya no están, aquellos con los cuales compartíamos esas largas mesas navideñas.
Y por ultimo invitemos ese deseo de paz y amor que todos llevamos dentro para que abracemos fuerte esas memorias, demos un beso a la ausencia, y como dijo Arjona, “realmente no estoy tan solo. ¿Quien te dijo que te fuiste? Cargaste con el cuerpo, pero no con el recuerdo”.
Ten presente en esta fecha que hay 3 etapas en la vida. Jóvenes: Tienen todo el tiempo y la energía pero no dinero. Adultos: Tienen dinero y la energía pero no el tiempo. Ancianos: Tienen el dinero y el tiempo pero no la energía. Disfruta la vida con todo lo que tengas en el momento porque no podrás tenerlo todo al mismo tiempo.
Y desde hoy no se olviden que yo también estaré en su recuerdo con este mensaje, y ustedes en el mío. Ya somos 2. Entonces no estamos solos.
¡Feliz navidad!