Días atrás salían a subasta varios pedazos del árbol donde se estrelló Paul Walker. Ahora es el turno de uno de los coches del actor, protagonista de la saga cinematográfica de «Rápido y Furioso». Tras el entierro y funeral del actor, un coleccionista alemán ha anunciado que venderá el Nissan Skyline GT-R azul que Walker conducía en la saga. ¿El precio? Un millón de euros.
Antes de la trágica muerte de Walker, ocurrida el pasado 30 de noviembre, el actual dueño del Skyline GT-R dijo a una revista de motor alemana que vendía el vehículo por 300.000 euros. Tras el fallecimiento de Walker, el vendedor pide tres veces más, con un precio de salida de un millón de euros.
Lo cierto es que Walker nunca fue el propietario del Nissan Skyline GT-R, aunque en una entrevista en 2009 reveló que el Skyline en color azul de la película era uno de sus favoritos y uno de los mejores coches que había conducido en toda la saga de «Rápido y Furioso».
Según la prensa especializada en motor, es poco probable que el coche termine en manos de un coleccionista americano, porque en Estados Unidos es «ilegal importar este tipo de vehículos modificados para su uso en las calles». Precisamente por ese motivo, tras el rodaje de la película el Skyline fue adquirido por un entusiasta comprador alemán, que evitó que el vehículo terminara en un desguace.