La salida de Venezuela de la Convención Americana de Derechos Humanos representó un golpe «inocultable» a ese sistema jurídico, pero también a los venezolanos, dijo el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), Diego García Sayán.
«Lo de Venezuela es un golpe, eso es inocultable. Naturalmente, que un país se retire de la Convención Americana es un problema», lamentó García Sayán en Washington durante una conferencia en el centro de análisis Diálogo Interamericano.
Sin embargo, apuntó el jurista, también fue «un golpe para los venezolanos, porque quedaron diferidas sus posibilidades de llegar a una instancia interamericana».
García Sayán recordó que la propia Convención establece que «cualquier hecho que se presente hasta el día en que se hace efectivo el retiro puede en teoría llegar al sistema interamericano y a la Corte de Derechos Humanos».
El jurista peruano, quien dejará la presidencia de la Corte IDH este mes, expresó su convicción de que no habrá «un efecto dominó, con varios otros países saliendo de la Convención, como los catastrofistas vaticinaron».
De acuerdo con García Sayán, «eso no está ocurriendo, no sentimos que esté en el escenario. Además, tenemos relaciones fluidas con países que podrían ser candidatos» a salir del sistema interamericano de DDHH.
En septiembre pasado se tornó efectiva la salida de Venezuela de la Convención Americana de Derechos Humanos.
En ese momento, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, lamentó la decisión por considerar que el gesto «debilita» al sistema interamericano de DDHH.
La salida venezolana de la Convención (base jurídica de la Comisión y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos) fue decidida el año pasado por el entonces presidente venezolano Hugo Chávez y secundada por su sucesor, Nicolás Maduro