De la mesa al frente nacional

Me cuento entre aquellos que celebraron la creación de una instancia de coordinación y conducción política hace ya unos tres años. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no sólo ha sido un excelente espacio para la integración de un atomizado y debilitado universo de partidos políticos, sino que también ha sido un semillero de políticas públicas para el cambio democrático; sin embargo, lo que me parece ha sido el principal aporte de la mesa ha sido colocar nuevamente a los políticos en la arena política. No encuentro puntos de comparación entre aquella disloca Coordinadora Democrática y la MUD, ésta ha logrado construir de forma paciente pero permanente un foro de estrategias comunes para lo que hoy no debe dudar en llamarse la alternativa democrática.
La historia democrática de Venezuela, desde mi punto de vista, reconocerá la particular labor de Ramón Guillermo Aveledo en este proceso. No ha sido, obviamente, obra suya exclusiva la mesa pero sin duda ha sido un excelente director en estos años de un coro, cuyas voces no siempre estuvieron dispuestas al trabajo conjunto, a la fijación de metas comunes. No tengo la menor duda de que la ruta democrática, pacífica y electoral, y debo ratificar esta última característica, sí, electoral, es la única vía que tenemos para desmontar el autoritarismo que en este momento reina entre nosotros. Tal como lo sostenía el buen amigo Tulio Hernández hace ya casi una década, en la salida del chavismo del poder es tan importante el objetivo como el método. Una salida de fuerza, como muchos radicales de la oposición quisieran, posiblemente nos confronte con pesadillas peores. La construcción de una alternativa democrática, con énfasis en lo electoral, ha sido el camino correcto y los propios resultados así lo evidencia.
Desde mi punto de vista, sin embargo, el momento político venezolano requiere replantarse el esquema de lucha democrática. Venezuela está atravesada hoy por innumerables problemas que afectan la vida de los venezolanos: inseguridad, desabastecimiento, alto costo de la vida y desempleo, entre los más acentuados. De acuerdo con el registro y la documentación de varias organizaciones no gubernamentales, la conflictividad social se ha instalado y cobra fuerza en el país. Miles de protestas ocurren en el país cada año principalmente por reivindicaciones de derechos sociales (laborales, vivienda, servicios públicos básicos, etc). Esas protestas están desarticuladas entre sí y no están conectadas con una agenda política nacional. Esto las hace débiles, con posibilidades de que el gobierno coopte o reprima a los manifestantes con un costo político bajo, tal como viene sucediendo.
Sin posiciones extremas, puesto que de ninguna manera creo que el papel de la MUD es prescindible y menos en la época actual, me parece necesario que se apueste a una instancia para nuclear el mundo social organizado de Venezuela, una suerte de un frente nacional, para articular las protestas y manifestaciones. No se trata de sustituir a la mesa, se trata de combinar acciones de luchas democráticas. Este frente, o quiera llamársele, en realidad sería complemento social de una MUD en la que personalmente creo debe mantenerse un perfil y orientación claramente político-partidista.
En este frente nacional vería a sindicatos, gremios profesionales, asociaciones vecinales, entes que documentan y denuncian los desmanes del Estado, entre otras muchas figuras organizativas con la finalidad exclusivamente de articular acciones manteniendo cada instancia su independencia y autonomía de acción en su campo particular. Temas comunes, que nos tocan a todos, hay suficientes, pero mientras sean objeto de manifestaciones o protestas aisladas difícilmente podrán repercutir en la escena nacional. En diversos contextos, de América Latina y otras latitudes, se ha apelado a esta figura aglutinadora de la lucha social de la mano con la conducción política, para hacer frente a gobiernos de tinte autoritario. La MUD, sin perder su esencia y vocación, podría ser tal vez el ente que llamen a convocar este frente nacional. Al momento de escribir estas líneas creo interpretar el sentir de muchos venezolanos.