La vida de Vladimir Ylicth Landaeta, quien recibió premio Citi al micoempresario 2013 en la categoría servicio, con su empresa de comida rápida Vladi Burguer, ha sido drámática, pero ha tenido la suficiente fortaleza y fe para seguir adelante y convertirse en uno de los emprendedores más exitosos de la Lara.
Hasta el año 2010 Vladimir trabajó como chef internacional, pero luego de sufrir una factura en el hombro derecho a causa de un accidente en moto, perdió el empleo. En medio de la convalecencia agarró una bacteria, por eso pasó 11 días en coma en el servicio de trauma shock del Hospital Antonio María Pineda.
Cuando despertó, todo parecía estar bien. Compró un pequeño trailer y emprendió su propio negocio vendiendo hamburguesas al frente de su casa en carrera 12 de Los Luises. “Me estaba empezando a ir bien, pero un día sacando el trailer a la calle a peso sentí un traqueo en la espalda, no le presté mucha atención y comencé a trabajar”.
Vladimir cuenta que esa noche comenzó a sentir un dolor tenue en la espalda que fue intensificándose con el pasar de las horas y que luego le impidió trabajar. Tuvo que vender el trailer a una cuñada para costearse el tratamiento, porque los médicos le diagnosticaron fractura de columna. “Yo pensé que era un dolor menor, pero luego comenzaron a fallarme las piernas para caminar, empecé a orinarme y con el pasar de los días no podía caminar, no pude mover más mis piernas, era terrible porque necesitaba trabajar por mi familia, pero no podía moverme”.
Vladimir estuvo tres meses en cama, pero dice que comenzó una profunda relación con Cristo y su fe fue creciendo, asegura que eso lo ayudó a levantarse nuevamente.
“Me decía a mí mismo que yo no había nacido para estar en una cama, le pedía que me ayudara a levantarme y sabía que lo iba a lograr, hasta que me levanté”.
Cuando pudo caminar nuevamente le compró a la cuñada el carro de hamburguesas y reinició su negocio. “No fue fácil, tuve que comprarlo cuatro veces más caro y para sacarlo a la calle dependía de otras personas porque no puedo hacer fuerza, pero luego de un tiempo, el 16 de diciembre del año pasado, compré uno más grande y lo empotré en la pared de mi casa, para no depender de otros”.
Luego de un año cada noche vende hasta 28 pepitos y 25 hamburguesas y tiene una variedad de seis salsas además de una atención excelente que le valieron el premio Citi en la categoría de servicios 2013.
“Ese premio en realidad lo ganó mi esposa Yolimar Ecoldstein, quien me ayudó en todo cuando estuve en cama”, comenta agradecido Vladimir al hablar del tema.