Incluso cuando hemos confrontado una inquietud de la mejor manera posible, si nos quedamos en la relación, es difícil decir si el cambio ha ocurrido y por cuál razón. Es como tratar de reparar un automóvil mientras conduces por la carretera. No le debes a tu pareja el permanecer en la relación.
Cualquiera de los dos, fuera del altar, puede decidir en contra de la relación ¡Es mejor terminar la relación ahora que continuar y sufrir por eso!
Si terminas una relación, hazlo con amabilidad y respeto. Deja que tu pareja sepa que tienes preocupaciones, que has pensado en eso y que crees que es la decisión correcta para ti. Comparte las preocupaciones si a tu pareja le gustaría saberlas pero dirígete a ellas como comportamientos y no como rasgos.
Prepárate para un número de reacciones diferentes. Podrías recibir promesas, súplicas o enojo por parte de tu pareja. Si terminas la relación ahora, no significa necesariamente que la reconciliación no pueda suceder en el futuro. Ten cuidado de no crear esta expectativa en ti mismo o en la otra persona. La pregunta inevitable llega: “¿Todavía podemos ser amigos?” Esta pregunta a menudo es un intento para permanecer en la relación.
Muchas personas caen de vuelta en su relación porque estaban tratando de ser amistosos; es como tratar de perforar un nuevo hoyo. Muchas veces, terminar una relación necesita ser firme y contundente.
Si terminas la relación, date la oportunidad de llorar la pérdida ¡Tú podrías estar perfectamente enamorada/o de esa persona y aún así el terminar la relación puede ser lo más inteligente que hayas hecho, igual duele! Diario, identifica tus pérdidas y no trates de conocer a alguien más muy rápido.
Muchos de ustedes podrían estar a las puertas del matrimonio a un mes, a una semana o incluso a un día de distancia de esa promesa de por vida. Sería fácil dejar decepción potencial a un prometido, a un padre o la pérdida del pago inicial de la sala de recepción te aleja de hacer lo que tú sabes que necesitas hacer. Mi objetivo no es separar a las parejas sino que las parejas tengan mayor confianza en su decisión de casarse. Si esa confianza no está ahí, retrasar la boda o terminar la relación, podría ser la decisión más sabia que jamás hayas tomado.