El canciller Elías Jaua afirmó el miércoles que Venezuela está abierto a recuperar las relaciones con Estados Unidos pero exigió respeto a su soberanía y asuntos internos para retomar el vínculo.
“Nosotros no le ponemos condiciones a nadie para tener relaciones. Lo único que exigimos es respeto, respeto a nuestra soberanía, respeto a nuestros asuntos internos», dijo Jaua en conferencia de prensa al ser consultado sobre las declaraciones que ofreció esta semana el secretario de Estado John Kerry a la cadena CNN en español en las que planteó que Washington estaba abierto a mejorar la relación con Caracas.
El canciller indicó que si Estados Unidos quiere una “normalización» de las relaciones debe “parar de una vez por todas el financiamiento del gobierno de los Estados Unidos a las organizaciones opositoras en Venezuela que tras la fachada de organizaciones no gubernamentales son organizaciones abiertamente opositoras al gobierno», sin ofrecer más detalles.
Jaua también instó a Washington a “poner freno a las acciones de señores como Roger Noriega que se mueven desde los Estados Unidos y por algunos países del continente articulando planes para atentar contra las autoridades venezolanas, para introducir elementos armados».
“Debe parar la impunidad de elementos del gobierno de los Estados Unidos, o que han sido funcionarios de los Estados Unidos pero todavía tienen influencia en los organismos norteamericanos, (para que) sigan actuando impunemente contra Venezuela», agregó.
El presidente Nicolás Maduro y otras autoridades han señalado, sin pruebas, a los ex funcionarios estadounidenses Roger Noriega y Otto Reich de participar en planes de magnicidio.
El canciller consideró desafortunados los cuestionamientos que realizó el mes pasado el gobierno estadounidense contra la ley habilitante que aprobó la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional que le dio poderes a Maduro para legislar por un año.
“Da pena ajena… emitir un comunicado estando absolutamente mal informado de los procedimientos constitucionales», acotó el alto funcionario.
Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela enfrentaron en octubre nuevas fricciones luego de que Maduro expulsó a Kelly Keiderling, encargada de negocios de la embajada de Estados Unidos en Caracas, y a Elizabeth Hoffman y David Moo, que ocupaban la secretaría adjunta para asuntos políticos de la misión diplomática y el viceconsulado. Los tres fueron señalados de participar en supuestas actividades de conspiración.
En respuesta a esa medida Estados Unidos expulsó al encargado de negocios de la embajada de Venezuela en Washington, Calixto Ortega, a la segunda secretaria de la delegación, Mónica Alejandra Sánchez, y a la cónsul Marisol Gutiérrez de Almeida, que se encontraba en el consulado venezolano en Houston.
En marzo Maduro ordenó el retiro de dos agregados militares estadounidenses señalados de tratar de contactar a oficiales activos venezolanos para, presuntamente, adelantar planes de desestabilización del gobierno del país.
En reacción a esa decisión, Washington expulsó a dos funcionarios diplomáticos venezolanos, lo que complicó las gestiones para mejorar las relaciones con ese país que se habían iniciado meses antes de la muerte de Hugo Chávez en marzo.
Desde 2010 ambos países están sin embajador luego de que el gobierno estadounidense revocó la visa al diplomático venezolano, Bernardo Alvarez, después de que Caracas retiró su aprobación al nominado por la Casa Blanca para dirigir su representación diplomática en Caracas, Larry Palmer, quien al responder a un cuestionario en el Senado aseveró que la inteligencia cubana había infiltrado las fuerzas armadas venezolanas