El ser humano está diseñado para moverse mucho más de lo que lo hacemos, en general, hoy día.
Caminar es un ejercicio más que recomendable para cualquier edad, pero sobre todo para personas que ya rebasan de largo la cincuentena, en adelante.
No existe prácticamente ninguna contraindicación para hacerlo, exceptuando trabas físicas o de tipo mecánico que puedan impedirlo. Es una forma de mantenimiento que también aporta riego sanguíneo al cerebro y por tanto, muy adecuada para no perder memoria ni agilidad mental.
Entre los beneficios del caminar a paso rápido se encuentran: favorece la circulación, estimula el sistema cardio-respiratorio, aumenta la capacidad pulmonar (y con ella la oxigenación) y activa la energía. Y cuando digo caminar, también incluyo subir escaleras a pie en la medida de lo posible, empezando por unas pocas e ir aumentando progresivamente a medida que se coja la costumbre.Cuando se lleva una vida tan sedentaria como la actual, es muy importante dedicar tiempo a mover el cuerpo, y una buena manera de hacerlo es esta: fácil, gratis y al alcance de prácticamente todo el mundo.
Beneficios del caminar para el sistema nervioso.
Como con cualquier ejercicio, el sistema nervioso sale beneficiado, ya que caminar mejora la coordinación y los reflejos. Además, un poco de cansancio físico es bueno y necesario para luego dormir y descansar mejor. Después de una caminata la persona se siente más vital y relajada al mismo tiempo.
¿Es mejor correr?
Respondiendo a esta pregunta, no es mejor ni peor: habrá quienes disfruten más haciendo una cosa u otra, y habrá quienes tengan algún impedimento para correr y en cambio puedan caminar y mantenerse así ágiles y con buena forma.
Correr es como todo: en la medida que no nos exija más de lo que podemos dar, es saludable. Cuando se convierte en una competición contra una/o misma/o para superar récords, y se tiene que hacer siempre más, resulta una fuente más de estrés.