Reflexión ciudadana – Entre honorables tocayos

Buscando en la desvencijada vitrina donde papá guardaba los tesoros más preciados -sus libros- mamá me hizo llegar una obra impresa.
Al instante de entregármela cayó una pequeña nota que llamó mi atención… a través de ella papá expresaba con una caligrafía precisa y definida, en un estilo delicado y muy bien cuidado: “Estimado amigo: En esta oportunidad me lanzo a la aventura de invadir su arte, el arte de escribir; para dedicarle este libro…. Con él, lo acompaño a dar un paseo por mi pasado, mi familia… mi tierra… Crecido en mi orgullo por contar con la amistad de un hombre de grandes pensamientos y obras…”
Me sumerjo en la lectura de aquel libro, cuya nota de papá, quizá no llegó a su autor: Entre Risas y Aplausos, obra literaria del conocido periodista, poeta y parlamentario, Cruz Ramón Galíndez; quien en su dedicatoria hace alusión al afecto y la amistad que lo une a mi predecesor.
Sin salir de la sorpresa y admiración por la rica escritura de papá, Ramón Sosa Guillén (†), humilde en su condición de autodidacta pero sabio en el apostolado al cual dedicó su vida; me abstraigo en la nutrida escritura del Autor. Orienta la lectura, el destacado Doctor en Ciencias Políticas, Ramón Guillermo Aveledo; abogado, político, profesor e intelectual venezolano, parlamentario de ayer y de hoy. El escritor CR Galíndez, en un despliegue de sabiduría e ilustrado pensamiento, se pasea en su descripción por los círculos parlamentarios del mundo evocando grandes obras de honorables tribunos: Emilio Castelar, España-1864; Mirabeau, Texas-1838; Fouché, Francia-1799; Montesquieu, Burdeos, 1716-1727; Charles Louis de Secondat, Francia-1728; sin dejar de lado el amor por su tierra, Yaracuy, que lo vio nacer…
Al continuar mi lectura, sigo con admiración el pensamiento del periodista Cruz Ramón Galíndez, matizado con poemas de su propia inspiración, quien evoca a San Agustín cuando se refiere a la paz de los hombres libres. Me detengo para citar un fragmento donde el Autor se recrea en su profesión… ”El periodismo… tiene en la historia su mejor aliado. Recordar la historia escenificada a lo largo del siglo XIX, en este caso dentro de estas paredes que edificara Guzmán Blanco, el llamado Ilustre Americano, es una tarea digna de reconocimiento, que debemos valorar en su exacta dimensión, sin regatearle méritos a quienes han asumido esta tarea. Por el contrario, debemos apuntalar iniciativas de esta naturaleza porque, repetimos, examinar las ideas y las acciones de los hombres del pasado nos permite asimilar experiencias para corregir errores e imitar las cosas buenas, que son muchas, especialmente en estos días en que la sociedad toda demanda ejemplos y el país nos pide trabajar en positivo”. Embelesada en la lectura, entrelazada en tan enriquecedora obra, leo un párrafo donde se expresa en relación al Congreso de la República: “Una Institución que sí trabaja y en la cual, por encima de lo meramente político y circunstancial, se hacen cosas positivas para el país y los venezolanos”.
Leo y comparo, la Venezuela de ayer 1994-1997, donde el ilustre letrado, Sr. Cruz Ramón Galíndez, nos hace ver -Entre Risas y Aplausos- lo que a través de sus intervenciones podría palparse del acontecer de la Venezuela de aquel cuatrienio. Es para reflexionar, cuando de todos es conocido que en ese Sagrado Recinto, el Hemiciclo donde se reúne la Asamblea Nacional… hoy por hoy, en pleno siglo XXI, ya no hay risas y aplausos… solo golpes, amenazas y discusiones acaloradas y estériles; ofensas que  lejos de servir de buen ejemplo, construyen los cimientos de una sociedad podrida, sin sentimiento, donde prevalece la burla, el engaño y las más insólitas amenazas.