El robusto tronco del árbol
Una vez se marchó
Rumbo al firmamento.
El disfrutaba
Entre sus amigas de siempre: las matas;
Como él las nombraba en su lengua sencilla.
Sabía impartir justicia
Lo único que espero a cambio
Es que tú obtengas buenas notas,
Solía él pedir.
Quiso mucho
A los suyos, primero;
Al resto del mundo,
También.
Devoto de Carmen,
La Virgen que te saca del hueco,
Jamás descansó:
Sus ratos de ocio los compartía
Con la Palabra del Señor.
¿Qué puedo yo agregar
Acerca de ti, padre noble,
Si ya todos tus nietos lo predican cada día
con su propio comportamiento?