El apretón de manos entre el presidente Barack Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, el martes en el funeral del líder sudafricano Nelson Mandela no fue «programado», dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
«Este no fue un encuentro programado», dijo el funcionario de la Casa Blanca. «Por sobre todo, hoy se trata de honrar a Nelson Mandela, en ello se concentró el presidente durante el servicio fúnebre. Apreciamos que gente de todo el mundo está participando en esta ceremonia», precisó.
«Cuando Obama se dirigía a la tribuna, estrechó las manos de todo el mundo en su camino, no hizo otra cosa que intercambiar saludos con los dirigentes», dijo a periodistas el consejero adjunto de seguridad nacional estadounidense, Ben Rhodes, a bordo del avión presidencial Air Force One, durante el vuelo de regreso de Johannesburgo a Washington.
El apretón de manos se volvió la noticia dominante de la ceremonia en homenaje a Mandela en el estadio de Soweto.
Obama ofreció el apretón de manos antes de subir al escenario a dar su discurso, pero minutos más tarde hizo una clara alusión crítica a países como Cuba, al decir que aquellos que reivindican el legado de Mandela deben honrar su significado eliminando restricciones a la libertad.
En Cuba, el sitio web oficialista Cubadebate.cu saludó este martes como un gesto esperanzador el estrechón de manos entre Obama y Castro.
Pero Rhodes aseveró que no cambia en nada la postura del gobierno de Obama frente a la isla comunista, pese a que se han realizado gestos hacia La Habana, a la que se le exige también una apertura democrática.
Pero «al mismo tiempo, seguimos teniendo grandes inquietudes, tanto con respecto a la situación de derechos humanos en Cuba como con respecto a Alan Gross, que debería ser liberado inmediatamente», dijo.
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