El arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, ejerció ayer el derecho al voto en las elecciones municipales.
«Creo que a pesar de las objeciones contra el CNE, es importante una fuerte expresión popular acudiendo a las urnas, porque de esa manera si hubiese alguna triquiñuela, falla o trampa, será más difícil realizarla», señaló Urosa.
En época decembrina, aprovechó para ofrecerle unas palabras a los venezolanos: «El mensaje de Jesucristo en Navidad es el acercamiento a Dios y al prójimo. Después de que los pastores reciben el anuncio de que ha nacido el Salvador, el cántico de los ángeles es gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Por eso todos tenemos que trabajar por la paz». Y para lograr esa paz en el país expresó que es necesario dejar a un lado «el fanatismo, la intolerancia, la actitud prepotente, la exclusión y agresión de otras personas por el hecho de que simpaticen por una parcialidad política que a uno no le guste.
– ¿Cómo fue el 2013 para Venezuela?
– Ha sido un año muy complicado, marcado en primer lugar por la muerte del presidente Chávez, que en paz descanse, y toda la situación política posterior. Hay serios problemas económicos que ojalá se supe-ren, también un problema muy grave de inseguridad pública, que lugar de mejorar, lamentablemente va empeorando. Por supuesto se están haciendo esfuerzos, como el plan de desarme, una buena iniciativa, porque la delincuencia está desatada,.
– ¿Cómo no perder las esperanzas?
– Los venezolanos en general somos siempre optimistas, estamos esperanzados, sabemos que detrás de un monte viene un llano, llueve y escampa; eso tiene que ver con la actitud cristiana de la esperanza, que es poner nuestra confianza en Dios nuestro Señor. Es saber que Dios está con nosotros y nos ama. Hay dificultades, ciertamente problemas, pero siempre tenemos la capacidad de superarlos y encontrar soluciones a los problemas y construcción de un mundo mejor, más fraterno, donde prevalezcan los valores de justicia, verdad y libertad, donde todos podamos vivir en paz.
– ¿Qué le dice a esas personas que ponen a un líder político por encima de Dios?
– En cuanto a la fe cristiana de Dios, nuestro Señor, que los católicos reafirmamos, y yo como arzobispo de Caracas, y cardenal de Venezuela, lo afirmo permanentemente, no podemos poner a nadie por encima de Dios. Insistimos en esto, repito, igual a Dios o superior a Dios no hay absolutamente nadie.
Recalcó que para impulsar la armonía en el país «hay que deponer el odio, rencor, la violencia, la prepotencia y soberbia. Se trata de un ejercicio de virtud, de control personal, que tiene que brotar de la convicción de que todos tenemos derechos y que hay que respetarlos. Buscar el encuentro, el diálogo, el entendimiento y practicar la tolerancia. Es una expresión de la exigencia que nos hace Dios de buscar la unión entre todos los seres humanos».
