“Esta noche no duermo, ¡qué rico!”, exclamó el cantante Marc Anthony emocionado en el concierto que ofreció el pasado jueves en el Poliedro de Caracas, donde derrochó su talento a plenitud.
Quienes cantaron con el artista esa noche, todavía deben estar regocijándose por el tremendo show que fueron testigo, donde la euforia era contagiosa, al escuchar al salsero actuar con entusiasmo, y no detenerse en ningún momento. Bailó, cantó por un celular, firmó un CD, recibió flores y besó la tarima como símbolo de agradecimiento ante tanto cariño que resonaba en la cúpula.
La bienvenida a la velada la realizó el cantante venezolano Enghel, quien durante 20 minutos fue la antesala a la gran fiesta musical. A las 9:25 p.m. sonaron los primeros acordes que hizo estremecer la estructura, con los músicos en la tarima, una cámara seguía a Marc Anthony hasta que entró a escena.
Llegó vestido de traje negro, con lentes oscuros, y acompañado de 12 músicos y tres coristas, que se lucieron junto al artista. Comenzó el repertorio con Valió la pena y siguió con Y hubo alguien, a lo que acotó, “parece que no vinieron a bailar mi gente”, y contorneaba su cuerpo. Los aplausos no cesaban, pero el estadounidense, de origen puertorriqueño, pedía más y más al caminar por el proscenio.
Con ímpetu continuó cantando el tema Hasta ayer, donde sorprendió a los asistentes con la participación de uno de sus músicos que cautivó con el violín, “aplausos, es hijo de Venezuela”, acotó el artista de 45 años. La euforia era tanta que extasiado veía a su público, y emocionado besó el piso y junto sus manos para dar las gracias por tanto.
“Muchas gracias. Es un honor, un placer, estar aquí. Es increíble. Me quedo sin palabras. Gracias por darme la oportunidad de regresar, comprendo el esfuerzo. Esta noche vamos a gozar y a reír. Me enteré hace poco que ya tengo 20 años de carrera, que empezó aquí en Venezuela. Obviamente me siento como en casa. Hoy vamos a cantar un poquito de todo, de lo viejo y lo nuevo, por eso si la conocen, cántenla”, dijo Marc.
Venezolanas bellas
Luego se escuchó Volando entre tus brazos, “¿dónde está mi gente?, no se oyen, muevan las manos”. Al finalizar preguntó: “¿quieren más?, la próxima canción es una de mis favoritas”, e interpretó Contra la corriente. “¿Dónde están las mujeres?, las más bellas del mundo, eso lo sé, los felicito. Ahora ayúdenme con la siguiente canción”, se escuchó Vivir lo nuestro.
Se detenía, respiraba, y con su mirada recorría todo el Poliedro pausadamente; mientras que los fanáticos lo aclamaban con furia. “Esta noche no duermo, ¡qué rico!. La próxima canción me pone mal”, confesó, y luego cantó Y cómo es él, de José Luis Perales. “La siguiente canción es de un compositor venezolano”, y entonó Que precio tiene el cielo, a lo que siguieron Nadie como ella y Te conozco bien, en esta última tomó un teléfono celular del público para cantar.
“¿Saben qué?, a la próxima canción, primero, préstenle atención a la letra, porque así me siento. Y segundo, cuando yo diga: mi gente, gritan como nunca”, señaló el artista, quien interpretó el tema Mi gente de Héctor Lavoe. En las pantallas las banderas de Puerto Rico y Venezuela y la imagen de Lavoe.
“Qué rico la pasé. Es una bendición estar aquí. Que viva Venezuela, Caracas. Esto me hacía falta. Dios los bendiga”. Se retiró por unos segundos y regresó para cerrar el enérgico espectáculo con Tu amor me hace bien y despedirse con su actual éxito Vivir mi vida, que desató la locura entre los presentes.
“Caracas, Venezuela, la vida es una sola. Muchas gracias”, y entre besos, aplausos y satisfacción “el flaco” dijo adiós a los venezolanos.