Los habitantes de La Carucieña, la principal urbanización popular de Barquisimeto, continúan padeciendo por el mal servicio de recolección de los desechos sólidos que la alcaldía de Iribarren está en la obligación de prestar.
Es común observar en las aceras los montones de bolsas y otros recipientes con desperdicios, así como en las inmediaciones de canchas deportivas, algunas de las cuales prácticamente han sido tomadas como vertederos por vecinos que de esa forma se libran de lo que deben eliminar.
Hasta hace algunos años la empresa encargada del servicio colocaba contenedores en determinados sitios que periódicamente retiraban para llevar sus contenidos al vertedero de Pavia, pero los mismos fueron eliminados y ahora las familias no encuentran donde colocar las bolsas.
“Aquí el problema es que uno no sabe cuando va a pasar el camión y por eso la gente saca la basura diariamente para esperar que la recojan y por eso se amontona en algunos sitios, sobre todo de quienes viven en las veredas”, dijo Miguel Rodríguez, un habitante del sector 4, al sur.
“En este sector tienen unos cuantos días que no pasa el camión y por eso se forman los montones de bolsas, las que son rotas por los perros y otros animales buscando algo que comer”, agregó.
En varias oportunidades dirigentes comunales de La Carucieña han acudido a la alcaldía de Iribarren y al Instituto Municipal de Aseo Urbano de Barquisimeto exigiendo la normalización de tan importante servicio pero no han encontrado respuestas positivas.
Temen pasar las venideras navidades en medio de basureros, sobre todo en esta época cuando más desperdicios son sacados a las calles con la esperanza de que los retire la gente de Imaubar.
“Esos basureros traen moscas y ratas que transmiten enfermedades, sobre todo a los niños que son los más expuestos, pero el gobierno no toma en cuenta ese peligro”, manifestó una ama de casa que sólo dijo llamarse Vilma.
Hizo un llamado, no sólo a la gente de la alcaldía de Iribarren sino también del ministerio del Ambiente para que tomen en cuenta esa peligrosa contaminación que se origina en los improvisados basureros públicos que cada semana se multiplican más en La Carucieña.