La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) Tibisay Lucena ofreció una entrevista al canal del Estado, Venezolana de Televisión. Allí reiteró la transparencia del ente comicial.
Lucen indicó que el CNE es “más que en un organismo electoral, en un poder público”.
Señaló que una de las principales acciones para tal fin fue hacer un diagnóstico del registro electoral y de la distribución de los centros electorales en el país. “Comenzamos a trabajar sobre la conceptualización del registro civil, tal y como lo establecía la Constitución de 1999″, recordó.
Esta iniciativa, que fue ejecutada por personal venezolano, reveló que durante la década de 1990, 20% de la población mayor de 18 años se encontraba excluida del registro electoral.
“Eran personas que tenían sus derechos políticos para la escogencia de sus representantes y dirigentes pero que no lo podían hacer porque no estaban registrados”, explicó la presidenta del órgano rector.
También refirió como ejemplo que que muchos de los centros de votación establecidos no existían, eran fantasmas, estaban a 47 kilómetros de distancia de las poblaciones, o se encontraban distribuidos de forma desigual en las zonas urbanas.
Proceso de democratización
Tibisay Lucena destacó que el proceso de transformación del CNE incluyó la democratización de los centros de votación y el incremento en el número de mesas.
“Hemos incrementado 50% la cantidad de centros de votación y hemos logrado aumentar la cantidad de mesas electorales, que estaban congestionadas, al pasar de 7.000 a casi 40.000. Antes, en una sola mesa votaban entre 3.000 a 5.000 personas, en los sectores populares de mayor densidad geográfica, mientras que hoy en día lo máximo que tenemos es 600 electores por mesa, lo que ayuda a la rapidez en el proceso electoral”, indicó.
Confianza en el sufragio
Durante la entrevista, Lucena hizo referencia al proceso de actualización de la plataforma tecnológica del ente comicial, que se efectuó a partir de 2003, con la finalidad de incrementar los niveles de seguridad en los sufragios “y derrotar para siempre el fraude electoral”.
“El sistema electoral era automatizado parcialmente, porque sólo estaban automatizados los escrutinios, pero el voto era manual. No había seguridad en la transmisión ni un proceso de auditorías, que constituyen la base de la confianza de un sistema verificable en cada una de sus fases y componentes”, expuso.
El de ahora “es un sistema que no tiene comparación y que ha sido probado una y otra vez en una cantidad de comicios en muy corto tiempo”, resaltó.