Mejor no pudo terminar la serie de tres partidos para Cardenales de Lara. El bateo, como la noche previa, respondió en momentos cumbres y la tropa de Pedro Grifol aprovechó para apuntarse su tercera victoria consecutiva contra Bravos de Margarita, en esta ocasión con pizarra de 7-2, y mantener su acecho al quinto lugar de la clasificación, aferrado a la esperanza de atrapar uno de los cinco boletos disponibles para el todos contra todos.
Fueron mucho menos imparables que los conectados en el juego anterior -apenas ocho, casi la mitad de los golpeados en la víspera- pero, gran virtud, Lara rubricó cuando tuvo gente en circulación, con racimos importantes en las entradas uno y cinco que le permitieron mantener el control de la pizarra.
El incanzable Robert Pérez, leyenda viva de la pelota profesional venezolana, encabezó el oportuno ataque con un trío de impulsadas y el jonrón 124 de su carrera en suelo nacional, más un trueno por el jardín izquierdo. Fue una de las grúas, junto con el brasileño Paulo Orlando, responsable de un decisivo triple en el primer episodio que produjo dos rayitas y le dio ventaja a Chris Jakubauskas para afrontar con más tranquilidad el resto de su tarea.
Jakubauskas completó una muy buena presentación para llevarse su segunda conquista de la campaña.Permitió dos carreras en cinco entradas y dos tercios, pero tuvo la virtud de encontrar el lanzamiento indicado para salir de situaciones de apremio, cuando a tiro de un batazo para que le abrieran el marcador. Las carreras que le fabricaron llegaron en los episodios cinco y seis, cuando su combustible se agotaba, pero fue un daño mínimo.
Después tocó la responsabilidad al relevo, que, a diferencia de otras ocasiones, estuvo fino, eficaz, y cerró los últimos tres y un tercio en blanco. No entró con buen pie el primero de los dos relevistas utilizados por el piloto cardenales, José Jiménez, que permitió hit a su primer contrincante, pero recuperó la brújula y cerró con un gran trabajo de uno y un tercio, que incluyó par de ponches, a lo que se sumó otro relevo hermético del estadounidense Deryk Hooker.
Todo salió a la perfección. Engranaje total. Pitcheo eficaz y bateo oportuno.
Lara sigue vivo. Y con un segundo aire que parece llevarlo por buen camino. Los ánimos están por las nubes.
Madrugonazo rojo
Paulo Orlando está ubicado como cuarto bate en la alineación -sin Luis Jiménez en acción- y no ha desentonado. Anoche llegó a su primer turno con hombres en posición anotadora y respondió con un triple que puso la pizarra 2-0. Eric Berger, abridor de los insulares, tras retirar a Thurston, le dio boletos seguidos a Guilder Rodríguez y Luis Valbuena, mientras que luego incurrió en wild pitch para complicar su trabajo. Ambos corredores entraron a la registradora con el batazo de Orlando y luego Moustakas trajo al brasileño con un rodado a la inicial. Comienzo ideal y tranquilidad para Jakubauskas.
Pero la cosa no quedó allí. En el tercero apareció Pérez, el emblemático 51, para pescar un lanzamiento quebrado de Berger y mandar la bola a las gradas del bosque izquierdo. Otras líneas doradas al libro de historia de este inigualable pelotero.
El blanqueo de Jakubauskas fue roto en el cuarto capítulo, pero Lara respondió con tres anotaciones en la siguiente entradas, una empujada por Orlando y otro par producidas por Pérez, tan oportuno como en sus momentos cumbres, para estirar la ventaja y prácticamente meter el partido en el congelador. Después vino otra marca de Margarita, pero solo quedó como anécdota. Barrida esperanzadora ante Margarita. La misión hoy es rematar la semana de gran manera con una victoria ante Leones.
