Brújula internacional Los árabes y el Medio Oriente

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La primavera árabe es uno de los fenómenos políticos más importantes del siglo XXI. Es prematuro prever el futuro de la nueva realidad política en el mundo árabe. La guerra de Irak en el 2003 y la intervención en Libia en el 2011 cierran el intento de los Estados Unidos y Europa para continuar controlando esa región. Los cambios de gobierno en Irak, Libia, Túnez y Egipto han generado el caos y han fortalecido la inseguridad, el fanatismo y la fragmentación étnica y religiosa. El drama mayor es el de Siria donde se define la hegemonía entre chiítas y sunitas, el arco sunita impulsado por Turquía, Arabia Saudita y las monarquías del Golfo contra el arco chiita de Irán, Irak y Hezbolá, estos defendiendo al Gobierno de Bachar el Asad, respaldado por Irán y por Rusia. Sunitas y chiítas expresan diferentes caminos del Islam desde hace más de 1400 años. Hoy cuando Irán se acerca a Estados Unidos y Europa, Arabia Saudita prefiere estar cerca de Israel y otros gobiernos sunitas por lo que denominan la tentación atómica de Terán, mientras que los cinco miembros del Consejo de Seguridad además de Alemania, avanzan en un proyecto de negociación y diálogo. Paulatinamente el Medio Oriente encontrará su camino, como ocurrió con las democracias de Europa Oriental después de la caída del Muro de Berlín y en América Latina después del fin de las dictaduras. Estados Unidos pierde influencia en ese complejo mundo incluso sus alianzas tradicionales con países como el Reino Saudita, Israel, Turquía, Egipto e Irak.
Es posible que surja una nueva geografía y un nuevo mapa estratégico, así podría configurarse una nueva nación Kurda con su Estado con las minorías de Irak, Siria, Turquía e Irán, mientras que los sunitas y los chiítas puedan configurar otros espacios geográficos incluyendo la división de Irak, el replanteamiento de la geografía Libia y el reagrupamiento religioso en Siria. Para el Líbano y Jordania los 3.000.000 de refugiados sirios van a complicar sus situaciones políticas y económicas. Para la solución del problema sirio va a ser necesario un acuerdo que incluya a los Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía y Arabia Saudita.
Tardará tiempo para la necesaria unidad del mundo árabe. Luego de la gloriosa historia de los orígenes del Islam en el mundo árabe, se han repetido los fracasos. Durante cinco siglos estuvieron sometidos al imperio otomano, que fue remplazado en el siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX por las dominaciones británica y francesa, y posteriormente por la influencia soviética y norteamericana, y en los últimos tiempos, el unilateralismo de Washington.Desde la muerte del egipcio Nasser (1970) el libio Kadhafi, el sirio Hafez el-Assad y el iraquí Saddam Hussein, hermanos enemigos, fallaron las propuestas de la integración de la Comunidad Árabe. Al final de los años 40 y en los años 50 la descolonización trajo a la región crisis, fruto de la frustración y de la fragmentación. En 1948 con la creación del Estado de Israel, se originó la primera guerra entre el Estado judío y los árabes, y se profundizó la confrontación entre la Unión Soviética y los estados unidos en la región.
La Liga Árabe, se convirtió en la organización donde buscan la unidad perdida, pero con permanentes contradicciones. En 1954 Gammal Abdel Nasser (1918-1970) llegó al poder en Egipto y nacionalizó el Canal de Suez dos años después, fue el símbolo de la convergencia del pueblo árabe y la esperanza para su unidad. Con el conflicto por el Canal de Suez en 1956 y la derrota en junio de 1967, la Guerra de los Seis Días, que resultó en victoria para los israelíes contra los árabes (Egipto, Jordania, Siria) marcó el fin de la ambición del proyecto nacionalista de Nasser.Sin embargo, la ambición de la unidad continúa entre los líderes árabes, aunque fracasó con: Khadafi,Assad, Saddam Hussein, quienes siempre desearon ser los sucesores de Nasser en la misión de la unificación.
La peor crisis en la división del mundo árabe fue en septiembre de 1980 cuando Irak atacó a Irán y posteriormente al emirato de Kuweit. Irán se ha convertido en una referencia obligada, por eso lo importante de los acuerdos logrados en Ginebra.
Hoy en el Medio Oriente es fundamental la integración de los pueblos y gobiernos árabes, dentro de los imperativos de la libertad y la justicia. Pero para una paz permanente en esta parte de la geografía del mundo es fundamental el diálogo de los árabes con los nuevos polos del poder de Turquía y de Irán. Estados Unidos y Europa deben marchar en esa dirección.
@jcpinedap
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