Debe ser muy difícil resumir en un libro 50 años de periodismo como el que corona Alfonso Emilio Saer Bujana con un texto que ha titulado “Pelotas y Pedales”, cuya gala será el martes 3 en el hotel Príncipe, a las 6 de la tarde. Las tradicionales aguas bautismales estarán a cargo del doctor Ramón Guillermo Aveledo, quien es el autor del prólogo de estas historias escritas por un narrador de aventuras deportivas.
Alfonso no reveló en esta entrevista mayores detalles del contenido porque prefiere compartir con sus futuros lectores esas vivencias que han ocupado casi toda su vida, desde el día en que se atrevió a llevar a EL IMPULSO su primera crónica deportiva.
-Cuando alguien se atreve a escribir un libro tiene, como es de suponer, una gran motivación, ¿cuál ha sido la tuya?
-Siento que 50 años de actividad periodística es una meta difícil de alcanzar y he querido compartir eso con la familia, los amigos, los oyentes y los lectores.
-¿Quiere decir que esas “Memorias” las puede leer y digerir todo el mundo?
-Sí, indudablemente, porque las escribí de manera muy sencilla y ellas gran parte forman una historia muy íntima, pero compartible.
-Los que más se la gozarán serán los que vivimos de una u otra manera en el mundo del deporte
-Hago referencia en el texto a muchos personajes que fueron mi inspiración y, claro, muchos de ellos ya no están. Quiero que todo lo escrito sea, de alguna manera, una guía para las nuevas generaciones.
-¿Quiénes, por ejemplo?
-Delio Amado León, Carlos Tovar Bracho, Gustavo A. Carmona, Napoleón Agreda Herrera, Roberto Riera, Heberto Castro Pimentel, entre otros
-¿Por qué el título de la obra “Pelotas y Pedales?
-Mis dos grandes pasiones deportivas han sido el béisbol y el ciclismo; entre ambas ha discurrido la mayor parte de mi actividad desde 1964.
–¿Cuál de las dos es la más vivida?
-Esa es la pregunta que se me formula con mayor frecuencia, son dos emociones diferentes con escenarios distintos. El béisbol es más técnico y mucho más popular. El ciclismo es hermoso y sacrificado.
Eso de más popular tiene su pero, el pedalismo reúne a mucho más público que el béisbol.
Los escenarios de la pelota son los estadios donde se paga por el espectáculo, el ciclismo, en cambio, no tiene limitaciones de espacio en pueblos y carreteras.
-Hablas de emociones, ¿cuál es la más fuerte?
-Es difícil. Pueden tener la misma intensidad un cuadrangular para definir un juego y un embalaje para sentenciar una carrera.
-No pretendo que me cuentes el libro, y me pregunto en estos momentos cuál es el capítulo de esas memorias el que tiene mayor intensidad
-El de mis inicios en el periodismo.
-¿Por qué?
-Siempre es emocionante recordar los inicios de una etapa que resulta clave para enfrentar el futuro.
-Intenta recordar algún pasaje
-Cuando salió publicado mi primer artículo publicado en EL IMPULSO –Rumbo a Tokio- un 16 de enero de 1964, el cual hablaba sobre la participación de Venezuela en los Juegos Olímpicos de Japón. Tenía apenas 16 años.
-¿Y a esa edad se tiene la suficiente información para abordar un tema casi de exclusiva pertenencia del periodismo profesional?
-Leía mucho y escuchaba todo lo que escribía y se hablaba sobre el deporte en todas sus manifestaciones, así que estaba muy bien informado
-Es la base que sustenta el buen periodismo, estar informado.
-En aquellos tiempos no era tan fácil el acceso a la información, hoy todo se puede archivar en un pendrive, antes había que almacenar recortes, revistas, datos obtenidos de diferentes maneras. La generación actual dispone de recursos ilimitados, pero quizás se ha olvidado un poco de la calidad del lenguaje y de la mejor manera de presentarle las cosas a quien lee o escucha los espectáculos deportivos.
-Mucha gente no se explica cómo un periodista como tú ha llegado a ser una excelencia en el mundo deportivo sin haber sido nunca un atleta.
-Los atletas, por lo general tampoco han sido buenos comunicadores sociales.
-Otro caso poco común en Alfonso Saer: nunca hizo información general en los medios donde trabajó desde hace 50 años
-Nunca me interesó otra fuente diferente a la deportiva, recuerda cuando te ascendieron a Jefe de Redacción. Simultáneamente me quisieron designar como Jefe de Información y tuve que rechazar esa propuesta con el argumento de que no haría el trabajo con la misma pasión.
-¿Desde cuándo te identifican como “El Narrador” en el béisbol venezolano?
-Comenzando los 80, un sobresaliente locutor comercial, Pedro Miguel Suárez, comenzó a presentarme como “Alfonso Saer, El narrador”. Amílcar Gómez lo popularizó y así quedé.
-¿Te sientes que eres el último de una generación de narradores deportivos?
-Siempre me lo dicen, quizás sea el último con un estilo que tomé de voces privilegiadas como Pancho Pepe Cróquer y Delio Amado León
-¿Hay un buen relevo en la actualidad?
-Sí. Prefiero que sean los oyentes los que juzguen si ese relevo es bueno o no.
-Alfonso Saer, sin duda, es barquisimetanísimo. No se ha dejado seducir con los cantos de sirena para abandonar el Lara nativo y le pregunto si a estas alturas del partido piensa que su decisión fue la correcta
-Estoy seguro que sí, las satisfacciones que he tenido, no me hacen tener ninguna duda.
-¿La ciudad de hoy es diferente a la ayer, con cuál de ellas te quedas?
-Me quedo con la tranquilidad de ayer y la tecnología de hoy.
-¿Cual prefieres, los fanáticos de ayer o los de hoy?
-Pienso que al final son los mismos, con diferentes expresiones, hay los que sufren cuando pierden y los que se divierten cuando ganan.
-¿Cuántos años con el Cardenales de Lara?
-Me inicié cuando el equipo debutó en la pelota profesional en 1965. Fue en radio Cristal, junto a Luis Enrique Arias, Napoleón Agreda Herrera y José “Cheché” Cordero.
-¿El mejor equipo de la historia de los pájaros rojos?
-Hubo grandes equipos que nunca ganaron. El primer campeón larense no era precisamente el más poderoso que haya visto, pero lo dirigía la gran disciplina de Domingo Carrasquel.
-Quiere decir que los peloteros son indisciplinados en su mayoría?
-No, en un roster de tantos jugadores te encuentras con las más variadas personalidades.
-¿Ninguna debilidad por algún otro equipo?
-Cuando no existía el Cardenales profesional, mi equipo favorito era el Magallanes.
-¿No queda nada de eso?
-No, en absoluto.
-El ciclismo es otra de las grandes pasiones de El Narrador y cuenta en sus memorias adonde lo ha llevado en lo personal y en lo profesional
-Me vinculé al ciclismo apenas me inicié en el periodismo. Ese contacto del hombre con la naturaleza me atrajo apasionadamente. No hay deporte donde el atleta se exija tanto física y mentalmente, como por ejemplo un Tour de Francia, con casi 4.000 kilómetros recorridos en apenas tres semanas.
¿El mejor ciclista del mundo?
-El belga Eddie Merckx, quien lo ganó todo con una calidad imponderable
-¿Y en el ciclismo venezolano?
-José Rujano ha tenido la mayor trascendencia internacional. A nivel doméstico me quedo con Olinto Silva y Nicolás Reidtler, el quiboreño y el aragüeño tuvieron ambición e instinto para correr.
-¿Tu mejor recuerdo de la carretera?
-El tercer lugar de José Rujano en el Giro de Italia del 2005.
-Si te pusieran a escoger un deporte por cuál te decantarías: béisbol o ciclismo?
-El ciclismo, me genera una gran admiración y una gran pasión, pero la mayor parte de mis satisfacciones profesionales han sido con el béisbol, al cual amo sin límites.
Hombre de familia
Familiarmente Alfonso Saer está casado con Martha Gómez desde hace unos 30 años. Es padre de cuatro hembras y un varón: Massiel Lorena, médico; Gloria María, licenciada en administración; Flor Alejandra, médico; Claudia Carolina, licenciada en Estudios Ambientales, y Alfonso Emilio, que recién comienza la carrera de Comunicación Social con una clara tendencia al relevo de su ilustre padre.
-¿Cómo es la convivencia con una mayoría absoluta de mujeres?
-Extraordinaria. Es agradable sentirse rodeado de tanto afecto femenino.
-A ellas les gusta lo que haces, conversas con ellas, por ejemplo sobre béisbol o ciclismo?
-El único entendido de esas cosas es Alfonso Jr, las mujeres no siguen en profundidad la actividad deportiva, pero creo que están pendientes de lo que hago.
-¿Eres un buen padre?
-Mis hijos dicen que sí.
-¿De qué hablas con ellos cuando estás en casa?
-Las mujeres escogieron carreras muy diferentes a la mía, por ejemplo, dos estudiaron medicina, una linda carrera, que yo nunca me hubiera imaginado para mí.
-¿Cuál de las dos es tu médico de cabecera: Massiel o Flor Alejandra?
-Las dos dicen que no hay peor paciente que un padre.
-¿Eso es verdad?
-Es posible, en todo caso me atienden de acuerdo a sus especialidades, una es Anestesiólogo y la otra estudia Otorrinolaringología.
Me pregunto si ella sabe el secreto de la potencia vocal de su padre.
-Martha Gómez de Saer, su esposa, cumple en casa las responsabilidades de manejar un hogar donde el marido es un trotamundos del deporte, ¿Cómo lo lleva?
-Perfectamente, como los buenos manageres.
-¿El Jr se prepara para seguir los pasos del narrador?
-Es un orgullo saber que a los 18 años ya pertenece al elenco del Cardenales y maneja con propiedad varias disciplinas deportivas.
-Finalmente, ¿cuenta en “Pelotas y Pedales” lo que no aparece en los boxscore, o mejor dicho, lo que pasa inadvertido en el singular mundo del deporte?
-El libro contiene un cantidad de artículos publicados en EL IMPULSO y otros medios impresos del país. Escribí sobre personajes que han tenido mucha influencia en este medio siglo de periodismo deportivo.