“Llegué a las cuatro de la madrugada con la intención de comprar algo a buenos precios para la casa y van a ser las once de la mañana y nada que abren y nosotros esperando, pasando sol del bueno”.
De esa forma se expresó una de las amas de casa que cerca del mediodía de este viernes permanecía en una cola, esperando ingresar al Mercal de Patarata.
“Esto no es nuevo; aquí se burlan de los pobres que tenemos que hacer este sacrificio para comprar algo barato para la comidita”, dijo un señor, también en la cola, quien, igual que la anterior, prefirió no identificarse y no permitir fotos “porque después no nos dejan entrar”.
Como ellos dos, también hablaron otras mujeres y hombres, la mayoría con hasta 8 horas haciendo cola con la esperanza de encontrar algo barato.
“Pero cuando vienen los cubanos si los dejan pasar rápido y se llevan todo lo que quieran”, gritó otra dama presente.
En cada uno de los que estaban en la larga cola había quejas por la mala atención recibida en el Mercal de Patarata permanentemente.
“Esto es un despelote total todos los viernes, y lo peor es que no hay nadie que informe a qué hora van a abrir o si perdimos el tiempo”, expresó un adulto mientras trataba de cubrirse de los rayos solares con un periódico.
Alguien les dijo que no habían abierto porque estaban haciendo un inventario, pero también se dijo que no habían llegado los camiones con la mercancía y que, por lo tanto, no había nada que vender.
El caso es que ya se acercaba el mediodía y el Mercal de Patarata permanecía cerrado al público, sin tomar en cuenta sus administradores que una gran cantidad de personas estaba esperando desde la madrugada, algunas procedentes de Yaritagua y otras poblaciones.
Alguien propuso protestar cerrando la avenida Libertador, pero la mayoría se opuso argumentando que la idea no era causar problemas a gente que no tiene nada que ver con el problema.
“No nos queda más remedio que seguir llevando sol en esta cola y seguir esperando que abran”, dijo otra mujer.