Paraninfo – A pesar de todo, todos a votar el 8D

Este gobierno le achaca todos los males al gobierno anterior. ¿A cuál de los tres períodos del teniente coronel felón difunto se referirán?
De nuevo el dilema de votar o no, de buena parte de los que se oponen a este gobierno totalitario y castro comunista (disculpen el pleonasmo) que dudan, con justificada razón, en la transparencia del Consejo Nacional Electoral. Dentro de este carnaval electoral, que va ya para tres lustros, donde un gobierno que no cree en la democracia se vale de una de sus características, la más externa y visible, para justificarse ante el mundo, y convoca y reconvoca a elecciones usando y abusando de todos los recursos del Estado, del poder mediático de que dispone, de amenazas, de compra de conciencias y demás ilegalidades e inmoralidades posibles, para hacerse con el triunfo, hace que cada día el electorado se vuelva más escéptico y se haga más renuente a participar en lo que muchos llaman farsa electoral. Sobre todo en esta ocasión que se viene de un proceso electoral presidencial cuestionado en sus resultados, donde muchos creen, creemos, que el resultado no fue el que al final anunció el CNE del partido de gobierno. Que hubo trampa, fraude. Pero a pesar de todo me anoto en el grupo de los que creen que se debe votar. Y es que no se  puede desperdiciar ninguna rendija que se habrá para expresarnos.
Ya la libertad de expresión, de opinión, de movimiento, de protesta, de huelga, de sindicalización, está bastante cuestionada. Lo poco que queda, que permiten, es como  para dar apariencia ante el concierto de naciones democráticas. Columnas como esta y otra más radicales y los pocos programas de radio y televisión que todavía quedan son usados como ejemplo de que estamos en una democracia, que todo el mundo puede opinar libremente, sin limitación alguna. Pero allí está la fiscalía, brazo jurídico del gobierno para amedrentar. Para “invitar”, vía Sebin, a aquellos que suban el tono de crítica y de denuncia, a que acudan a sus dependencias en calidad de “testigos” o de “imputados”, según el caso. Una inspección intempestiva del Seniat, del Indepabis, o una multa, una visita de la GNB o de uno que otro colectivo pacífico, pero armado y en moto. Y hasta una lacrimógena y un peinillazo. Y como el miedo es libre, pues nos mordemos la lengua, modificamos algunos caracteres del PC y apretamos la parte final de la columna. Pero parodiando a la españolita María Isabel, “primero muertos que callados”. Y la mejor forma de hablar, de gritar,  de protestar, de  decirle a este gobierno basta ya, sin que corramos el riesgo de que nos pongan unos “ganchos”, como gusta decir en cadena nacional, el enchufado mayor, el ilegítimo, el de la hermana república, es votando. El voto es universal, directo y secreto. Así el CNE se cuide de decirlo, con su segunda intención, en sus propagandas insinceras de promoción del voto.
Debemos acudir este 8 de diciembre a votar. Es mucho lo que está en juego. Tenemos que elegir a nuestras autoridades municipales. A los alcaldes y ediles. Pero más importante es lograr que la sumatoria total del voto nacional sea de tal magnitud que se ponga en evidencia el fraude del 14A, de que la oposición es mayoría y con ello decirle a todo el país, a sus instituciones y al mundo,  que este es un gobierno sin apoyo popular, írrito. De días contados. Por eso hay que acudir en masa, mayoritariamente, a votar el 8D, y defender nuestro voto, con testigos moscas, con presencia en los centros de votación y en las juntas municipales, con cuidado celoso de las actas, los llamados chorizos. Si así lo hacemos, el resultado será bien difícil, por no decir imposible, de poder ser modificado por el CNE. No hay de otra. No perdamos esta oportunidad. Que el voto mayoritario sea el carburo que pase de maduro al plátano.
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