La aprobación de la Ley Habilitante para el cuestionado Presidente de la República, por su contenido puede constituir uno de los mayores abusos de poder cometidos por un Jefe de Gobierno contra la libertad de los ciudadanos, y una provocación a los sectores democráticos del país con la finalidad de crear una peligrosa reacción violenta y a olvidarse de las elecciones del 8 de diciembre, en las que el madurismo tiene asegurada una contundente derrota.
Maduro ya ha comenzado a restringir los derechos de la oposición y terminará persiguiendo hasta a quienes le apoyaron para ascender al poder, si tratan de disentir de algunas de sus decisiones unilaterales.
El abuso en el ejercicio del poder por parte de Nicolás Maduro ha venido rompiendo las reglas que caracterizan a un régimen democrático, como se operó en los regímenes del socialismo real y del nazismo alemán. En principio se respetaron ciertas libertades, pero cuando la legislación imperante no le permitía al gobernante tomar las medidas que a su juicio único e inconsulto, creía que debía tomar para “bien del pueblo”, se fue tornando cada vez más autoritario, hasta llegar a la tiranía. La resistencia nacional no contó con la unidad interna, ni respaldo internacional porque las naciones democráticas carecían de una organización multilateral para impedirlo, hasta que se vieron obligadas a intervenir, cuando el abuso del poder traspasó las fronteras y se manifestó en la invasión a los países vecinos.
En una época como la actual, en la que las naciones democráticas han creado organizaciones multinacionales y han hecho aprobar una legislación respetuosa de los derechos humanos y de las instituciones y poderes públicos independientes, el camino hacia la tiranía se dificulta. Pero la represión puede aumentar incluso contra algunas individualidades democráticas o sectores internos, disconformes con las promesas incumplidas y la represión también recae sobre ellos. Es lo que hemos presenciando a lo largo de casi 15 años de gobierno autocrático. El abuso de poder se extiende a toda disidencia. Frente a ese abuso, la oposición y la disidencia chavista podrían reencontrarse en las elecciones del 8 de diciembre y propinarle otra de derrota definitiva al autoritarismo madurista.
El mensaje que los voceros de la Alternativa Democrática, además de Henrique Capriles como Jefe del Comando de Campaña y Antonio Ledezma que tiene la responsabilidad de coordinar todas las Alcaldías del Área Metropolitana, todos la candidatos a Alcaldes y a Concejos Municipales, tienen la oportunidad y la obligación de acercarse a los chavistas que no se sienten representados por Nicolás Maduro, para llamarlos a la Unidad Nacional, para contribuir seriamente a sacar el país de la profunda crisis que atraviesa, y evitar, en lo posible, un colapso total de las instituciones por la incapacidad y la corrupción de los jerarcas de madurismo.
El fracaso del régimen autocrático, centralista, que ha llevado a Nicolás Maduro a desconocer los liderazgos regionales y locales, imponiendo candidatos sin ninguna vinculación con la sociedad y sin conocimiento de sus problemas económicos y sociales de la gente de menores recursos, no sólo es un atropello a los dirigentes sociales y a la base de su Partido, sino también un abuso de poder que ha generado una mayor crisis interna, que en muchos casos se hace irreversible. De allí que los desafueros como gobernantes los extienden al seno del Partido de Gobierno, y pretenden gobernar contra la mayoría de la nación, para beneficio personal, por lo que ha sido una tremenda irresponsabilidad otorgarle una Ley Habilitante al cuestionado Presidente.
Una Ley Habilitante que extiende los poderes que hoy tiene por la Constitución Nacional Bolivariana, más las facultades que él asume violando casi todo el Ordenamiento Jurídico del país, será una complicidad de los diputados oficialistas, especialmente del diputado 99, con el colapso que se avecina y contribuirán a hundir a toda la nación en un abismo insalvable, con consecuencias impredecibles.
Frente al intento del madurismo de sobornar a otros diputados de la oposición, que aunque fracasó ante la firmeza y la ética de los integrantes de la bancada de la oposición, la Dirección Política de la MUD y los candidatos a Alcaldes y Concejales, deben darle otra lección de dignidad y de cultura política a toda la población venezolana, persuadiendo a los disidentes del madurismo, acerca de la importancia de coincidir para hacer más contundente la derrota que ya tienen asegurada Maduro y quienes le otorgaron más poder para profundizar la represión contra todo el que discrepe de sus planes para imponer una tiranía al estilo del comunismo cubano.